François Hollande, nuevo presidente de Francia
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Diecisiete años después los socialistas vuelvan al Elíseo. François Hollande ha ganado la segunda vuelta de las elecciones francesas a Nicolas Sarkozy.
El socialista ha sido elegido presidente de Francia con un 52% de los votos. La crisis económica que se vive en Europa se ha tragado un nuevo Gobierno -a los de Grecia, Portugal y España hay que sumar el varapalo de Cameron en el Reino Unido y los últimos sondeos negativos para Merkel en Alemania-, en este caso el del centrista Sarkozy que ha dilapidado sus índices de popularidad por su vinculación a las clases altas francesas y su apoyo a las políticas de recortes de la canciller alemana, Angela Merkel.
El triunfo de Hollande es, en cierto modo, un voto de castigo a Sarkozy, que venía arrastrando en los últimos años los peores índices de popularidad de un jefe de estado que se recuerdan en décadas.
La diferencia radica en que el de hoy es el primer vuelco a la izquierda de un gran país europeo desde el comienzo de la crisis que sacude a Europa.
El presidente electo, François Hollande, ha dedicado sus primeras palabras como presidente a fortalecer la autoestima del pueblo: "El cambio que os propongo empieza ahora". El socialista ha prometido luchar contra el déficit, pero manteniendo el Estado de Bienestar. Algo en lo que ha fallado su predecesor. Porque, ataques a España aparte, Sarkozy no ha sabido reconducir un país que ve devaluada su calificación ante las agencias del ramo, peligrar su crecimiento y la calidad de vida media -habiendo tenido que retrasar la edad de jubilación- y menguar su peso específico en la UE.
Los pronósticos se han cumplido aunque las diferencias han sido menores de lo esperado. Pese al último repunte, la movilización de Sarkozy ha sido inútil hasta el punto de que el presidente saliente ha reconocido la derrota minutos después del cierre de las urnas asegurando que se va "habiendo hecho lo posible para proteger a los franceses". A partir de ahora, como él mismo señaló, Sarkozy abandonará la primera línea política para ser un francés más.
Los simpatizantes socialistas han celebrado en la plaza de la Bastilla, al igual que hicieran en 1981 con François Mitterrand, la victoria de su candidato. Una fiesta aderezada con la música del cantante y extenista Yanick Noah.
Con la victoria, Hollande se convierte a los 57 años en el séptimo presidente de la Quinta República, el primero de izquierdas desde su admirado Mitterrand (1981-1995). El nuevo presidente permanecerá cinco años a la cabeza de la quinta potencia económica mundial y uno de los países líderes de la Eurozona.
A Hollande, sin tiempo de festejar la victoria, le esperan importantes compromisos internacionales en los que tendrá que demostrar su condición de gran estadista: tras una visita prometida a Berlín, habrá de acudir a los estados Unidos para la reunión anual del G8 y luego de la OTAN y, tras los comicios legislativos de junio, participará en su primera cumbre de la Unión Europea.
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