La telenovela cubana: ¿para cuándo?

Llevamos ya unos cuantos meses sin telenovela cubana… y parece que estaremos unos cuantos meses más esperándola. Al menos hasta el verano, según informes oficiosos que llegan a esta redacción.

Es que información “oficial” hay muy poca o sencillamente no hay. Para la Televisión Cubana este debe ser un asunto demasiado sensible, teniendo en cuenta la discreción con que lo abordan.

Primero se dijo (¿o fueron rumores?) que En tiempos de amar, la propuesta de Ernesto Fiallo, aparecería para año nuevo, como para dejar atrás la turbulenta y precipitada salida del aire de La sal del Paraíso.

Después, en el mismísimo portal de la Televisión Cubana se informó que la telenovela probablemente se estrenaría en marzo (en este sitio nos hicimos eco de la noticia)… Ya estamos en abril y seguimos en las mismas.

¿Es tan difícil que alguien se pare en Entre tú y yo o en Teleavances y acabe de dar la información definitiva? ¿O es que todavía no hay información definitiva?

Como nuestros lectores preguntan, intentamos averiguar. Y ahora resulta que habrá que esperar a que termine la telenovela brasileña (de la que, por cierto, volveremos a escribir por estos días) para estrenar la teleserie cubana.

O sea, la cosa será en el verano. ¡Habremos pasado casi un año sin telenovela nacional en el horario estelar de Cubavisión!

No vamos a insistir ahora en la importancia de contar con dramatizados “hechos en Cuba” en nuestra parrilla: mucho hemos escrito sobre el tema.

Solo apuntaremos algo: a ese ritmo de concreción (por problemas de producción o conveniencias de programación) seguimos corriendo el riesgo de que las telenovelas parezcan desfasadas.

¿Se hacen una idea de lo que demora un argumento o incluso un guion completo para llegar a la grabación? Y entre la grabación y la transmisión (este es el caso) también puede mediar un buen tiempo.

Todo parece indicar que con En tiempos de amar se va a volver a alternar una capítulo de la telenovela cubana con el de la brasileña.

Teníamos la esperanza de que ese esquema (a todas luces inadecuado) hubiera quedado atrás. La telenovela (al menos la mayoría de las telenovelas en esta parte del mundo) están concebidas para una frecuencia diaria.

Tiene que ver con la lógica más elemental del “consumo” y con las estructuras dramatúrgicas que sostienen esas creaciones.

Los argumentos de la Televisión Cubana a la hora de explicar su decisión han perdido fuerza: se dijo que se alternaban porque había que garantizar la presencia de una producción cubana durante todo el año.

Hemos visto que ni así se pudo garantizar.

Sería bueno repensar el asunto. Las telenovelas cubanas, como las brasileñas, deberían tener “frecuencia cinco”. Si no podemos “cubrir” el año (como en efecto sucedió), pues esperaremos la próxima… pacientemente, como hemos esperado En tiempos de amar.

¿Hay algún estudio de audiencia que recomiende alternar?

La polémica está servida.