Frank Camilo Morejón: “Batear más de 300 es mi prioridad”

A Frank Camilo lo conocí desde que jugaba en las categorías cadete y juvenil en el municipio del Cerro. Luego como miembro de los equipos de La Habana en campeonatos nacionales de esas categorías. Con los años, atestigüé su crecimiento como receptor, al punto de que abrió en el banco como miembro del Cuba en el III Clásico Mundial de béisbol y terminó ocupando la titularidad en la receptoría.

Antes de partir a la gira por Asia el máscara accedió a dialogar con CubaSí:

¿A qué debe Frank Camilo su progresivo ascenso en una posición tan medular?

“He tenido la posibilidad de ser miembro de varias preselecciones nacionales a lo largo de los años. he trabajado en este tránsito con personas y entrenadores que en su momento fueron excelentes atletas de mi posición como Ariel Pestano, Juan Manrique, Pedro Medina, Juan Castro. De todos ellos siempre he aprendido algo. La principal fuente de conocimiento o enseñanza de todos es que no dejara nunca de hacer nada que no estuviese a mi alcance y en función de que mi equipo obtuviese un resultado x. Por eso cuando salgo al terreno no importa si me convierto en un infield o si tengo que tirarme como un jardinero detrás del plato. Trato de hacer mi trabajo.

Esa es mi contraparte y comportamiento, porque sé que ofensivamente no puedo aportar los dividendos que quisiera a mi equipo. Justamente por eso, si puedo evitar una o dos carreras, impedir un wild pitch o el avance de un corredor a posición anotadora, ya estaremos ganando, el equipo, el director que depositó su confianza en mí y me puso detrás del plato y yo”.

Con altibajos durante el periplo de fogueo y a la expectativa todos de cuánto podrán rendir a la hora cero… ¿Qué crees de este staff de pitcheo?

“Este es un staff joven, con condiciones. Tenemos que enfocarnos en organizar los comandos, lanzar bajito, poner la mayor cantidad de strikes posibles, sobre todo en la primera fase que hay restricción de 65 lanzamientos y tratar de manejar las cartas de pitcheo con inteligencia. Será muy importante, hacer un scouteo bien exclusivo de los lanzadores para definir donde tienen su mayor porcentaje de efectividad y sobre esas cartas enfocarnos. Eso no significa que se comporte exactamente así, pues ningún lanzador se parece a otro y los turnos al bate y las situaciones de juego varían. Esa será la visión. Creo que el béisbol japonés brinda mucha información sobre sus jugadores y esa es una ventaja que debemos aprovechar. Con responsabilidad saldremos a defender nuestra pelota, que es imagen e idiosincrasia de Cuba”.

Tras la experiencia de la Serie del Caribe, ¿fortalezas de este cuerpo de lanzadores?

“Yo creo que en otros staff he tenido lanzadores con muchísimo nivel, talento, pero estos muchachos se comportaron a la altura de ese torneo. En la última década el renglón que mejor se ha comportado en los equipos Cuba ha sido justamente el pitcheo. Los bateadores pasamos más trabajo porque nos enfrentamos a pitchers de otro nivel, con otra concepción y visualización de cómo lanzar difiere. Eso nos falta, madurar en mentalidad, pero a nivel general se ha comportado bien. Cumplieron muy bien en la Serie del Caribe con la disciplina táctica y eso salió, pues solo Venezuela nos facturó más de cinco carreras y en los restantes juegos nos fabricaron una sola y sucia".

Experiencia en la Liga Can-Am que quizás no tenga ese rigor pero es otro béisbol. ¿Cuánto te ha aportado eso y cuánto el estar desde hace casi siete años en todas las preselecciones del Cuba?

“Indudablemente estar casi siete años concentrado en preselecciones me ha permitido trabajar con entrenadores enfocados en pulir mi sistema de bateo. Eso se mejora, pero hay una parte del talento con la que se nace, y en esa no fui muy dotado. La otra parte la he pulido un poco, pero no es muy fuerte. Me he esforzado mucho, asesorado con materiales audiovisuales y documentales interesantes de diversas ligas de las mejores del mundo. En Canadá trabajaba en un campo de entrenamiento donde había un entrenador con todas las condiciones, además había jugadores y timoneles de bateo con experiencia en la MLB. Con ellos también aprendí bastante.

En Canadá, pese a no hallar ese súper nivel de doble A o triple A estadounidense habían jugadores con experiencia en la Gran Carpa. Los pitchers se sostienen sobre las 90 millas y tienen un dominio excelente sobre el cambio de velocidad y la recta cortada que se caen delante del plato y te sacan completamente de mecánica. Acá, todos los lanzamientos de nuestros serpentineros flotan hacia adentro y hacia afuera, justo la zona hacia donde se dirige la maceta del bate. Esa es una de las diferencias en cuanto a concepción de pitcheo. Mi objetivo es promediar 400, o más de 300 detrás del plato defendiendo".

¿Virtudes de este grupo para el IV Clásico Mundial?

“Es un grupo muy unido, que va a salir al terreno a darlo todo con la mayor fuerza de voluntad, con la fe de que todo lo que se haga se hará de la mejor manera, para no defraudar a más de 11 millones de cubanos. En lo personal creo que llegaremos con menos presión que elencos anteriores. La unidad, cohesión y la confianza que nos ha depositado el cuerpo de dirección para demostrar que somos atletas de primer nivel, va a ser nuestra mayor virtud o divisa.

Cómo eje de la línea central, ¿cómo ves la combinación nueva alrededor del segundo cojín?

“Yo creo que Ayala es un jugador que durante muchos años ha demostrado que tiene madera para integrar equipos nacionales. Quizás no en calidad de titular durante buen tiempo, pero sí para estar incluido. Batea, tiene buen físico y brazo, corre para llegarle a bolas incómodas y conjuga tacto y poder. Guante en mano sus números no son tan buenos quizás, pero estos no siempre son muy fieles. A veces es mejor tener en cuenta las reales necesidades del equipo.

Carlos Benítez lleva varios años entre los mejores segundas bases al bate. Este año sus números mejoraron mucho en defensa. Demostró no tener nervios pues asumió el rol de tapar a  Alfredo Despaigne cuando corrieron la alineación en Granma y le fue bien. Fue Todos Estrellas en la Serie del Caribe. Creo que hay que seguir trabajando y madurando. Cuando hay dos jugadores que son profesionales por lo que hacen asumiendo su labor, todo fluye. Esas combinaciones no son como un matrimonio. Ambos tienen que enfocarse y entender que ya no se trata de Granma o Camagüey, sino de Cuba”.

Responsabilidad para dirigir el pitcheo, ¿cómo lo asumes teniendo en cuenta que se trata de un staff renovado?

“Lo primero es que lo asumo con un gran orgullo. Todo aquel que tenga una responsabilidad para un país debe sentir orgullo. Estoy agradecido pues hasta cierto punto me la he ganado. Estamos enfocados en tratar de mantener el prestigio de nuestra pelota y de lo que hicieron muchos antes de nosotros. Tengo en mente no defraudar esa confianza”.

¿Potencialidades de este staff?

“Combinación de noveles y experimentados. Vladimir García, Miguel Lahera, Jonder Martínez y Yosvani Torres han lanzado bastante internacionalmente. Luego están Raidel Martínez, liván Moinello. Esta mezcla de brazos jóvenes y fuertes y otros con maña trataremos de explotarla al máximo. De los rivales solo tengo referencias de Japón. Sobre China y Australia apenas conocemos. Aún en ese sentido de scouteo creo que nos falta ganar. Tenemos que poner, de conjunto con ustedes la prensa, un poquito más sobre las novedades de esos elencos. Sería de gran ayuda para nosotros los jugadores y la comisión. El béisbol actual lleva mucho de sabermetría y cartas de pitcheo y eso aún no lo tenemos”.

Frank Camilo Morejón tiene 30 años, mide 1.78 metros y pesa 85 kg. En 12 Series Nacionales compila para 249, con 115 extrabases, de ellos 24 jonrones, además de una relación de ponches-bases por bola de 110-199. En defensa su average es de 986, con 53 errores en 3 775 lances. Atesora además 345 asistencias, solo ha passboleado 48 veces, y ha participado en 69 jugadas de doble matanza. En la última campaña además le robaron 17 bases y capturó a 14 en el intento.

Como él mismo dijera su objetivo siempre es batear por encima de 300 en la custodia del plato. Falta que hará, además de una certera conducción del pitcheo y de algún que otro jit oportuno si de IV Clásico al doblar de la esquina y rendimiento se trata.