Patio de Pelegrín, un templo con raíces en su comunidad

Donde antes existió un basurero, hoy confluyen galería de arte, organopónico, Café Literario, taller de cerámica, y un sitio para la convivencia armónica de especies de la flora y la fauna, en obligado intercambio con quienes cada día enrumban sus miradas hacia el disfrute de la más genuina creación, de la mano de sus protagonistas.

Enclavado en el municipio de Consolación del Sur, en Pinar del Río, el proyecto sociocultural Patio de Pelegrín deviene templo dinamizador de buenas prácticas, sobre la base de la formación de las nuevas generaciones y la retroalimentación de saberes con adultos mayores.

Inculcar amor

Como quien recibe a un viejo amigo, así da la bienvenida Pelegrín al sinfín de personas interesadas en sus cursos- talleres, o a quienes se detienen a deleitarse ante el paraíso surgido de la maleza, o a los estudiantes de diferentes niveles educacionales ávidos por experimentar la sensación de CREAR.

Ante la carencia de espacios para el cultivo de las manifestaciones del arte en Puerta de Golpe, Mario asumió el reto de fraguar el proyecto en el corazón de su hogar, en un primer momento encaminado a las líneas cultural  y medioambiental; pero de la necesidad de lograr la sostenibilidad, surgió la arista productiva.

Confiesa que su abuelo, Eliseo Pozo, fue un hombre dedicado al entorno y su gente, y que concibió inconscientemente un proyecto mucho más abarcador que el Patio, pues desde el punto de vista productivo, organizó la finca Vista Hermosa, dotada de las más diversas variedades de alimentos.

Los esfuerzos de Pelegrín y dos ancianos responsables de sacar de la tierra sus mejores frutos, permitieron que el organopónico recibiera la Triple Excelencia de la Agricultura Urbana y Suburbana.

Ese estímulo resalta el cuidado y calidad de sus producciones, entre las cuales llaman la atención algunas exóticas, otras oriundas de la Isla, e incluso, aquellas contrarias a las características de un clima tropical.

¿Cómo conjuga en un solo empeño la promoción de valores artísticos y culturales, el rescate del entorno, el auge de producciones agrícolas…?

“Con un buen equipo de trabajo todo funciona. Un colectivo enamorado, orgulloso de su labor y que ve el resultado de tanta dedicación, es vital para el ciclo exitoso de todo proyecto, pues como la lógica de la vida, nace, crece, se desarrolla y muere”, apuntó quien en la Feria Internacional de Artesanía 2016 fue galardonado con el Premio por la obra de toda la vida.

“FIART ya tiene que contar con nosotros por la amplia representación de tejidos de fibra, sombreros, abanicos de yagua, papalotes y porrones para campesinos que confeccionamos, con la mira en el rescate de nuestras raíces y en la salvaguarda de las manualidades”.

Por eso el Patio de Pelegrín no puede llegar a su término, acotó. Qué sería entonces de los niños que aspiran a convertirse en importantes artistas en la mayor de las Antillas, muchos provenientes de lugares lejanos del municipio consolareño, desde donde se trasladan solo para participar en los talleres de creación.

Teatro, música, artesanía, literatura, danza, también encuentran en el Patio un refugio seguro, más allá de las prisas cotidianas y como fiel exponente de la preservación del patrimonio cultural de la nación.

El deseo de motivar e inculcar el amor por las artes, nos mueve en cada jornada, precisó el pintor pinareño quien también sentenció que compartir con los actores de la comunidad, conversar, convencer, ser líder en tu radio de acción, garantizan el éxito de un proyecto de este tipo.

Realizan levantamientos de las principales problemáticas medioambientales que los golpean y su impacto, las denuncian y tratan de erradicar aquellas a su alcance; sin embargo, abogan por una mayor respuesta por parte de los organismos e instituciones del territorio encargados de velar por la “salud” del entorno.

Los premios del Barrio de los Comités de Defensa de la Revolución y el Nacional de Cultura Comunitaria en 2009, se suman al lauro Olga Alonso y a la Maestría Artesanal que otorga el Fondo Cubano de Bienes Culturales, entre otros, como avales de una vida entregada al futuro de su localidad.

A 16 años de fundado, el Patio de Pelegrín se consolida cual centro cultural de su Puerta de Golpe, aunque con el reto de no perder la identidad y las tradiciones de la comunidad.

Artesanía que lleva el nombre del proyecto

Estudiante de artes plásticas incorporado al proyecto

Artesanías en las distintas etapas de su creación por estudiantes del taller de artes plásticas del proyecto