Terrorismo ad usum (un artículo de Juan Gelman)
especiales
La lista más reciente de organizaciones terroristas extranjeras establecida por el Departamento de Estado incluye a 50 activas en cinco continentes, algunas prácticamente desconocidas o sin presencia mediática (www.state.gov, 27-1-12). El Mujahidin-e-Kahlq, es decir, la Organización de los mujahidines del pueblo iraní (MRK, por sus siglas en inglés), figura en el vigésimo noveno lugar y tal vez mereciera un ascenso. Seymour M. Hersh, Premio Pulitzer de periodismo, acaba de revelar que el Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las fuerzas armadas de EE.UU. (JSOC, por sus siglas en inglés) comenzó a entrenar a miembros del MEK en el 2005 (www.newyorker.com, 6-4-12). El Departamento de Estado había agregado la organización a su lista negra en 1997.
El MEK tiene un curioso origen: un grupo de estudiantes iraníes de ideas marxistas-islamistas lo fundó en 1965, emprendió la lucha armada contra el sha, en el ’79 se unió al ayatolá Khomeini, en 1981 enfrentaba a tiros a la Guardia Revolucionaria Islámica del gobierno y sus miembros se refugiaron en Irak cuando Saddam Hussein lanzó la guerra contra Irán. La organización se declara ahora en estado de lucha pacífica contra Teherán y forma parte del opositor Consejo nacional de resistencia iraní. Pero hay dudas sobradas sobre su pacifismo.
Oficiales de JSOC entrenaron a miembros de la MEK en un campo del Departamento de Energía, ubicado a unos 100 km al noroeste de Las Vegas, que había sido utilizado para realizar pruebas nucleares. En el 2002 –señala Seymour Hersh– “la MEK ganó cierta credibilidad internacional porque dio a conocer públicamente –y con exactitud– que Irán había comenzado a enriquecer uranio”. A partir de ahí, la organización estrechó sus relaciones con los servicios de inteligencia occidentales y el JSOC comenzó a operar en territorio iraní luego del derrocamiento de Saddam Hussein en el 2003. Financió a varios grupos opositores a Teherán para reunir inteligencia sobre su programa nuclear y llevar a cabo operativos terroristas.
“La MEK, de un modo u otro, logró recursos, armas, información. Algunas operaciones encubiertas continúan hoy en Irán con el apoyo de EE.UU., según funcionarios y ex funcionarios de inteligencia y asesores militares”, anota Hersh.
La organización terrorista tiene defensores de alto nivel, tanto republicanos como demócratas: varios ex funcionarios importantes hablan a favor de la MEK, aunque no gratis, y entre otros: los ex directores de la CIA James Woolsey y Porter Goss, el ex secretario de Seguridad Interior Tom Ridge, el ex representante de EE.UU. ante la ONU John Bolton, los ex gobernadores de Vermont Howard Dean, y de Pennsylvania Ed Rendell, el ex director del FBI Louis Freeh, el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, el ex fiscal general Michael Mukasey (www.democracynow.org, 10-4-12). Pese a tales influyentes, el Departamento de Estado no ha borrado a la MEK de la lista de organizaciones terroristas.
Esto implicó guardar el mayor de los secretos sobre el entrenamiento de sus hombres en Nevada, que recorrieron largas distancias del desierto y escalaron montañas. También se les enseñaron técnicas de comunicación en el combate. Esta actividad, siempre a cargo de oficiales del JSOC, cesó antes de que el presidente Obama ocupara la Casa Blanca, pero la relación con el grupo continúa.
“Está muy claro que EE.UU. sigue involucrado, al igual que Israel”, afirmó Hersh. Dos altos funcionarios del gobierno estadounidense indicaron a la NBC que el asesinato de cinco científicos nucleares iraníes desde el 2007 fue obra de la MEK, “financiada, entrenada y armada por el servicio secreto israelí” o sea, el Mossad (//rockcenter.msnbc.msn.com, 8-2-12). Son operativos que cuentan con información de la CIA y demás agencias de inteligencia de EE.UU., sólo que ahora “todo lo que se hace dentro de Irán lo hacen los intermediarios”, manifestó a Hersh “un asesor de la comunidad de operaciones especiales”.
Las estrategias de Washington gozan de la particular facultad de convertir a aliados en enemigos y viceversa. Apoyó a los talibán para derrotar al invasor soviético y luego invadió Afganistán para derrocar al gobierno talibán. No ahorró dinero ni armas, incluidas las biológicas, para que Saddam Hussein venciera a Irán en la guerra que el dictador iraquí desatara en los años ’80, pero invadió Irak y acabó con el régimen y la vida de Saddam Hussein. La CIA entrenó a Osama bin Laden –a quien Ronald Reagan calificó de “luchador por la libertad”– y se convirtió en el antagonista más criminal de EE.UU. W. Bush lanzó la ofensiva mundial contra el terrorismo y bajo su gobierno y en su país se entrenaron los terroristas de la MEK. Todos estos movimientos de ida y vuelta tienen una explicación, pero qué siniestra es.
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