El Guayabero y los 105 años que hoy cumpliría
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Cantó en distintos escenarios con Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Pancho Amat, Eliades Ochoa y otros grandes de la música cubana.
Su hogar fue punto de encuentro de muchos visitantes, quienes no podían prescindir de compartir con Faustino en los conciertos improvisados o descargas que, hasta la salida del sol, daban la bienvenida al cuatro de junio, día de su nacimiento.
Siempre comentaba que la gente interpretaba de manera errónea lo que él cantaba, y lo decía haciendo un gesto de falsa inocencia que provocaba una risa espontánea donde quiera que llegaba con su traje de dril blanco, su sombrero y su tres, símbolos de una existencia plena animada por el son y la guaracha.
El origen de su apelativo, comenta el holguinero Radio Angulo digital, se atribuye a cierto episodio en que a Faustino lo hicieron correr por el poblado de Guayabero a causa de “un lance protagonizado por una trigueñita coqueta y su marido celoso, cabo de la guardia rural”.
Sonreía con nostalgia al hablar de sus primeros años como artista autodidacta, sonero y trovador, juglar andante que supo desafiar tropiezos y “dar lecciones de constancia y amor a su ciudad natal".
Logró transitar por dos siglos y saltar de un milenio a otro provocando carcajadas a su paso, lo mismo por su natal Holguín, que en otros lugares de Cuba y también del mundo, como España y México, porque el humor cuando es genuino como el del Guayabero, hace reír en todas las latitudes.
Nota: Versión del texto “Faustino Oramas y la otra trigueñita”, de Lydia Esther Ochoa, Radio Angulo.
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