USA: Montañas de dinero electoral y de indigentes

El Comité Nacional del Partido Republicano de Estados Unidos informó este martes que, solo en propaganda digital, gastará 150 millones de dólares.

¿Con destino? A las próximas elecciones de noviembre, el más grande acuerdo de publicidad conocido por la historia.

Así lo sentenció en Miami Laura Rivera, periodista de Diario las Américas y especialista en el tema.

Incluye los servicios de Google y otros medios para llegar a los hispanos y las mujeres, por lo general favorables a los demócratas.

Rivera deslizó un matiz de particular interés que atañe al reiterado probable triunfo del virtual candidato republicano, Donald Trump.

Este último necesitará más ayuda de las tantas veces anunciada en la plataforma digital, escribió ella.

Debido a que el partido ha comprado espacios publicitarios a “decenas de medios”, sobre todo a Google, con el que trabaja desde febrero.

Los videos irán dirigidos a los hispanos, las mujeres, y los votantes independientes en todos los estados, durante el tramo previo a los comicios generales.

También cuando haya debates o algunos estados fijen la votación antes de lo estipulado.

Según Rivera esta multimillonaria inversión salió a flote un mes después de saberse que Hillary Clinton reserva 35 millones de dólares para anuncios de video digital en los estados clave.

¿A cuánto asciende el presupuesto total de publicidad del Partido Republicano para las elecciones generales de 2016?

Nadie lo sabe todavía. Algunos estiman, basados en las cifras deslizadas, que estas deben representar una parte no despreciable del gasto que impliquen estos comicios.

La Comisión Federal de Elecciones informó que en las de 2011-2012 el Comité Nacional Republicano invirtió 386 millones de dólares.

El jefe de esa institución, Gerrit Lansing, afirmó que hace cinco años hablar de 150 millones hubiese parecido demasiado.

Pero ahora les urgen para asegurar que Donald Trump logre llegar a los votantes claves mediante internet.

Sin embargo, lo esencial de esa tenebrosa maraña radica en que obliga a formular una pregunta:

¿Es así como actúa una verdadera democracia? O es que, como indica la realidad, ¿existen  modelos distintos sobre el tema?

Quizás por eso, los gobiernos de Estados Unidos valoran tanto a sus aliados de Arabia Saudita y abierta o solapadamente desaprueban –entre otros- a Cuba y Venezuela.