En busca del precio... ¿perdido?
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Es cierto que para apreciar mejor una buena parte de la televisión que se transmite hoy en Cuba, lo ideal es verla en alta definición, pero también quise comprar el equipo por darme el placer de disfrutar bien una imagen.
Así que tenía una “platica” y un amigo me prestó otro poco para llegar a los 444 cuc que valía el aparato. El domingo 13 de marzo fui a Galería Paseo, quedaba una solo en exhibición y vi que decía 399.99 cuc, me alegré, en detrimento de otras dos personas que querían el mismo modelo. No funcionó el mando y ese día, mi sueño fue a bolina.
Otro amigo, relacionado con esa marca me dijo “En Obispo hay, ayer los vi. Es el bueno porque se ensambla aquí y después de vencida la garantía tiene arreglo”. Eso fue el lunes y agregó “mañana voy a buscarte, vamos, compramos el aparato y te lo dejo instalado”. Todo estaba perfecto, pero (¿siempre hay un pero Amaury, verdad?).
Llegamos a La Francia, en Obispo, un amable dependiente empezó a explicarle a mi acompañante hasta que se dio cuenta que se dirigía a un conocedor del tema. Yo, no sé ni por qué, le dije ¿Son 399, no?. Y el joven nos informó: “en algunos lugares se han rebajado pero aquí no. Tienen que dar la orden de la empresa”.
Mi cicerone solo me miró. “Lo compro y espero que me devuelvan los 44 cuc”, le dije. El dependiente llamó al gerente y este ratificó que no había llegado la orden de rebaja.
Allí, con la tranquilidad que me llega en los momentos que acciones descabelladas me dan deseos de gritar ¡abajo los ineficaces!, miré a mis interlocutores y les digo: ¿para donde van esos 44 cuc, si ya oficialmente los equipos se venden a otro precio? ¿Por qué se demoró la orden para llegar a Habaguanex? ¿Por qué las tiendas RED aplicaban la rebaja?, ¿es sólo un asunto burocrático o alguien “con iniciativa” se apropia desde hace mas de tres días de 44 cuc por televisor que vendan?.
Lo compré no porque no me interesan los 44 cuc. Para ganarlos tengo que publicar 22 textos en Cubasí, por ejemplo, así que ¡es dinero!. Pero, y vuelvo con esa palabra: confío en las instituciones y las leyes de mi país, y espero que este texto sirva para que me devuelvan mi dinero a mí y a los otros que han desembolsado mil 100 pesos cubanos por una orden no distribuida simultáneamente.
Tal accionar da pie a la especulación: se compra en galerías Paseo a 399 y se revende en la esquina de La Francia a 420. Esas actitudes solo sirven para ocasionar malestar y sinsabores. Y bueno, sugiero también, que se valore la posibilidad de vender a plazos, mediante contrato en el banco, estos aparatos para que más personas puedan disfrutar de una señal buena, sea de la televisión o la de una película grabada para puerto USB.
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