El asesino Breivik denuncia a Noruega por el "trato inhumano" en la cárcel

El miliciano de ultraderecha aparecerá en público por primera vez desde su juicio en 2012. Durante este tiempo, sólo ha tenido la visita de su madre, a la que le fue permitida el encuentro antes de morir de cáncer en 2013.

Así, Breivik, de 37 años, argumentará que su aislamiento en la prisión de Skien viola la prohibición de recibir un "trato inhumano y degradante" bajo la Convención Europea de Derechos Humanos.

"Quiere contacto con otras personas", dijo su abogado, Oeystein Storrvik, a periodistas antes del juicio del próximo 15 al 18 de marzo. El juicio se desarrollará en un gimnasio de la prisión de Skien, en el sur de Oslo, donde Breivik continúa preso.

La Fiscalía de Oslo desestimó que haya algún caso que resolver e informó en unos documentos previos al juicio que "no había pruebas de que el demandante tenga problemas físicos o mentales como resultado de sus condiciones en prisión".

El veredicto del juez se conocerá en las próximas semanas. Breivik mató a ocho personas en un ataque con bomba el 22 de julio de 2011 y a otras 69 de disparos en una isla cercana, muchas de ellas adolescentes. Actualmente cumple la máxima condena posible en Noruega de 21 años, que podría ser extendida.

En la cárcel, Breivik cuenta con una celda de tres habitaciones con televisión y ordenador pero sin acceso a Internet. Sólo se le permite salir a un pequeño patio para realizar ejercicio y sólo tiene contacto con guardias y personal médico - incluso su abogado se comunica con él a través de un cristal.

Las autoridades noruegas apuntaron que en un manifiesto sobre sus opiniones antiislamistas, Breivik escribió que "las prisiones son consideradas el lugar idóneo para reclutar a gente con motivos políticos". Además otros presos podrían atacarle.

Por su parte, Storrvik asegura que una de las señales de sufrimiento de Breivik es su incapacidad para concentrarse en los estudios universitarios a distancia que comenzó el año pasado.