Sugieren utilizar la risa como terapia para salir de la crisis en España
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La risa causa enormes beneficios en la salud y, como es contagiosa, puede acelerar la "curación" de la sociedad española aquejada de un fenómeno nuevo, la llamada "desesperanza fundada", ante las medidas que se van adoptando frente a la crisis económica y que no terminan de dar fruto.
"Hace falta toda una campaña o promoción de la risa como remedio para la crisis", ha sentenciado en una entrevista con Efe el doctor Manuel Álvarez, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática (SEMP) y experto en Medicina Interna.
Y es que la "frustración" es la actitud "más peligrosa y endémica" para España en estos momentos, porque también se comporta como un patógeno infeccioso. "El ejemplo arrastra, es como la pescadilla que se muerde la cola: se ralentiza la inversión, el crecimiento y el consumo", ha descrito el psiquiatra.
"Comprendo que me podrían argumentar que la risa no paga la hipoteca ni quita el hambre, pero sí que aporta deseos y horizontes para hacer algo positivo, y para buscar medios y soluciones a los problemas", ha rebatido.
Si las conversaciones son pesimistas y los medios de comunicación trasmiten solo noticias negativas, el mejor remedio, en opinión del experto, es promover un "estado general de optimismo y esperanza" que ponga fin a este "feed-back o retroalimentación de tristeza que no va a resolver nada y que nos va a hundir".
El también presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Psicosomática ha defendido el pensamiento positivo, ya que de cada uno depende ver la botella medio vacía o medio llena.
Así, "el mejor regalo que podemos hacer hoy en día a la sociedad española es aumentar e inducir la esperanza" porque el buen humor es pegadizo y puede convertirse en un fenómeno colectivo.
De hecho, la consecuencia más trágica de la crisis económica en España, con más de cinco millones de parados y miles de familias desahuciadas por ejecuciones hipotecarias, ha sido el incremento en un 25% del número de suicidios y en un 15 % de casos psiquiátricos.
Álvarez se ha referido al llamativo aumento de las visitas al médico por la somatización de todos estos problemas en ansiedad, insomnio, depresión, fibromialgias, jaquecas, colon irritable, hipertensión arterial, infartos o lumbalgia crónica entre otros muchos trastornos.
La Organización Mundial de la Salud afirma que más del 90% de las enfermedades tiene un origen psicosomático, de modo que la manera en que cada uno se enfrenta a los conflictos, el estrés y las frustraciones puede desencadenar casi todas las patologías.
Y frente a esto, según ha descrito Álvarez, la risa entona el organismo, activa todo el sistema neuroendocrino e inmunitario, y eleva el número de leucocitos y de sustancias neurotrasmisoras. "Las personas que ríen más tienen menos alzheimer", ha matizado.
El humor ayuda a liberar endorfinas, dopamina, serotonina y también adrenalina, hormonas que contribuyen a mejorar la salud y que refuerzan el bienestar físico.
También activa la llamada "vis curatrix" o fuerza curativa, reduciendo hasta en un 60 por ciento el tiempo de recuperación de los pacientes.
El especialista ha sentenciado que "las personas que no se ríen son peligrosas" porque "rebajan el nivel de alegría" de su entorno.
"Bienaventurados los que saben reirse de sí mismos porque tendrán diversión para rato", ha ironizado.
"La sonrisa es contagiosa porque el bien de por sí es difusivo", ha agregado el experto, quien ha apuntado que hay un principio antropológico de que "la risa y la alegría cuando se comparten aumentan, mientras que la tristeza cuando se comunica disminuye".
Sin lugar a dudas, ha proseguido, "la risa tiene un valor social porque engrasa la convivencia" y tener capacidad para hacer reír al otro es "una de las mejores cualidades que se pueden poseer".
La gente que es capaz de "quitar los tintes dramáticos" lo es también de "eliminar la atmósfera enrarecida" que se está creando en España, al "abrir una ventana que permita respirar al alma con profundidad y descargarla de tensiones".
Alvárez ha concluido que dejar brotar las carcajadas es una "estupenda terapia de prevención de nuestra propia salud mental y de la ajena" y un inmejorable remedio para afrontar la crisis económica, y salir de ella tan pronto como sea posible.
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