Serie del Caribe: otra vez con el pie izquierdo
especiales
Esta derrota se suma a las cosechadas, también ante rivales mexicanos, por Villa Clara en 2014 y Pinar del Río en 2015.
Una vez más Vladimir García falla en un momento importante fuera de Cuba. El dominio y la seguridad que muestra el caballo de batalla de los Tigres dentro de Cuba no se parece en nada a sus presentaciones cuando se encuentra en el exterior, y ante México no fue la excepción. Por debajo en los conteos, un mal que afectó también a casi todos los que le sucedieron en la lomita, fue bateado cuando quiso buscar el plato.
Ahí está el gran problema que en nuestra opinión tuvo en esa primera salida el plantel avileño, la zona de strike. Era evidente que no se parecía mucho a la utilizada en la Serie Nacional, a pesar de que se ha dicho y redicho que nos adaptamos a la norma internacional, y nuestros serpentineros, o no se acababan de dar cuenta, o les era imposible colocar sus envíos donde el árbitro los cantaba. El resultado no podía ser otro que ser bateado cuando se intentaba entrar en zona, y así fue con casi todos los lanzadores.
No se le puede achacar para nada la derrota a Roger Machado. Cuando el juego estuvo pegado hizo jugadas, movió a los lanzadores sin que le temblara la mano ni siquiera con su as de la rotación, utilizó la banca como pudo, y tampoco echó mano a ningún otro estelar cuando ya el desafío se le hacía inalcanzable.
En este deporte se gana con carreras, y si no se producen, adiós a las opciones de triunfo. Se repiten los problemas de adaptación de los bateadores a un pitcheo diferente, sobre todo de quienes más responsabilidad tienen en la alineación. Tras descifrar los envíos del abridor, lograron pegarse 3x5, pero todo fue ya con dos outs, y de ahí en adelante el bullpen mexicano se las ingenió para sofocar toda rebelión, sobre todo cuando había hombres en bases (10 quedaron en las almohadillas). Tampoco quienes iniciaban las entradas mostraban la paciencia y la efectividad deseadas para embasarse, por lo que casi siempre se frustró la posibilidad de poner la velocidad en función de la ofensiva.
Lo único positivo es que esto apenas comienza, y hay tiempo para la reacción. El sistema de competencia permite que con solamente una victoria se puede acceder a semifinales, y allí es a vida o muerte, como ocurrió el pasado año con Pinar del Río, que empezó con el mismo mal pie que Ciego y al final se coronó.
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