"Supermartes": el sprint que devino en maratón
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Mitt Romney esperaba conseguir el impulso que necesitaba para despegar de sus competidores y convertirse en el favorito indiscutido. Pero el acecho de Rick Santorum promete estirar la campaña.
Los líderes de campaña del ex gobernador de Massachussets intentaban mostrar, este miércoles, los resultados de la contienda del martes como un certificado de victoria para su candidato. "Sólo un acto divino" podría arrebatarle a Romney el triunfo, dijo uno de ellos.
En efecto, este mormón multimillonario fue el que más estados ganó el martes: Vermont, Virginia, Massachussets, Alaska, Idaho y Ohio. Sin embargo, el ajustado resultado conseguido en ese último es lo que mantiene en suspenso la competencia y llevó a los analistas a pronosticar una definición prolongada.
Con esta última cita, Romney se aseguró algo más de 400 delegados a la convención del partido en agosto en Tampa (Florida), contra 165 que obtuvo Rick Santorum, 106 Newt Gingrich y 66 Ron Paul (sus rivales en la carrera para la investidura republicana), según un conteo realizado por CNN. Para lograr la nominación son necesarios 1.144 delegados, un número que todos están lejos de alcanzar aún.
El ex senador por Pensilvania se anotó dos triunfos importantes: Tennessee y Oklahoma. También se quedó con Dakota del Norte. Esos resultados y la escasa diferencia con que Romney se llevó Virginia le permiten soñar con revertir la lucha interna.
"Creo que realmente se restablece esta carrera", dijo al Huffington Post el fiscal general de Ohio, Mike DeWine.
Las esperanzas de Santorum se acrecientan si se tiene en cuenta que los próximos estados en ir a las urnas son fervientes conservadores, el electorado que más lo ha respaldado y que mira con recelo al por ahora líder. "Vamos a jugar bien en el sur. Creo que nuestro mensaje resuena muy bien y creo que tenemos una buena oportunidad ", dijo su jefe de campaña, Mike Biundo.
En aras de conseguir el total apoyo de los sectores más radicales del partido, la Fundación Red, White and Blue, que apoya a Santorum, pidió a Gingrich que se retire de la disputa y no se convierta un obstáculo.
El ex presidente de la Cámara de Representantes, que se describe como una "tortuga" capaz de vencer a sus adversarios en el largo plazo, dijo que no piensa bajarse. Menos ahora, que recibió el respaldo de la ex candidata a la vicepresidencia Sarah Palin, con lo que espera sumar votos del Tea Party.
Ante lo que parece inevitable, Romney advirtió: "Tenemos el tiempo, los recursos y un plan para conseguir todos los delegados".
Una carrera que juega a favor de Obama
Los asesores del presidente, quien espera al rival para los comicios presidenciales de noviembre, aprovecharon esta nueva demostración de fragilidad de sus contrincantes para señalar esas debilidades.
El problema de Romney es que "flaquea" en estados clave, observaron. "Perdió votos entre los independientes, los jóvenes y las clases medias", comentó en una conferencia telefónica con periodistas el director de campaña de Obama, Jim Messina.
"Cuando tienes posiciones extremas en inmigración o contracepción, eso tiene consecuencias", dijo por su parte el principal asesor político de la Casa Blanca, David Axelrod.
"Este país tiene graves problemas económicos y profundos desafíos de seguridad nacional. Pero los candidatos republicanos están tan metidos en las trincheras de la guerra cultural y religiosa que no ofrecen ninguna solución", reflexionó por su parte The New York Times en un editorial.
El diario afirma también que las primarias están siendo "implacablemente desagradables, divisivas e insípidas" y cita un reciente sondeo del Pew Research Center que revela que tres de cada 10 votantes afirman que su opinión sobre los republicanos ha empeorado durante esta campaña.
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