Estados Unidos: ¿Se tambalea Donald Trump?

Se trata del magnate republicano Donald Trump, valorado hasta el momento como principal aspirante de ese partido de cara al 2016.

Ello, no obstante su público repudio a los inmigrantes mejicanos y de otras nacionalidades, así como su apenas disimulada posición anti-negros.

De llegar a ser candidato, y más tarde elegido presidente, ha dado a entender muy claramente, desataría masivas expulsiones entre una gran parte de sus inmigrantes.

¿Razón de tanto odio? Que Trump los culpa de ser el motivo fundamental de los graves problemas que encara la sociedad estadounidense.

Este martes un cable de EFE reveló desde Washington que, si  ganase la Casa Blanca, suspendería la entrada de los musulmanes a Estados Unidos.

De inmediato contestó hasta el vocero de la actual  administración Obama, Josh Earnest.

¿Qué dijo en rueda de prensa?. Su oferta antimusulmana lo descalifica para ejercer la presidencia del país.

Earnest opinó además que los rivales de Trump por la candidatura republicana deberían aclarar si lo defenderían en caso de ser su candidato para 2016.

Observadores no descartan que, a pesar de todo, figuras de la ultraderecha de ese partido se alinean con el pensamiento del magnate.

Los líderes conservadores “deberían decir ahora mismo que no lo apoyan”, reiteró Earnest, y cualquiera que tema a la base republicana para admitirlo, “tampoco puede servir de presidente”.

Con un tono más duro que en ninguna otra ocasión, el vocero de Obama recordó que el primer deber de un presidente es jurar lealtad y respeto a la Constitución.

Y el plan de Trump, subrayó, incluye puntos que como aseguran expertos legales, están en contra de preceptos de esta que garantizan la libertad de culto.

El portavoz de la Casa Blanca  puntualizó, además, que sus comentarios son “profundamente ofensivos y tóxicos”.

Luego añadió, recordando palabras del secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, “y pueden tener consecuencias para la seguridad nacional”.

Según Earnest, la campaña de Trump es, desde hace meses, una “rutina de charlatán de carnaval”, con “mentiras descaradas” y “consignas vacuas”.

Las más recientes muy criticadas, tanto en el plano interno por demócratas y republicanos, como en el exterior por diversos pensadores religiosos.

Asimismo colocan entre signos de interrogación los valores de tolerancia tantas veces agitados por la maquinaria propagandística de Washington en el mundo.