Estados Unidos: Entre balazos, muertos y heridos
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Sucedió este martes en un centro médico que atiende discapacitados y su saldo inicial fue de 14 muertos y 17 heridos.
El lugar está enclavado a 100 kilómetros de Los Angeles, la capital de California, y lo sucedido tuvo una gran repercusión nacional.
Aconteció unos cinco días después que tres personas fallecieran y otras nueve resultaran heridas a tiros en un centro de planificación familiar.
La policía identificó a Syed R. Farook, un ciudadano estadounidense, como uno de los agresores, de 28 años, quien trabajó durante un quinquenio en el Departamento de Salud del municipio San Bernardino.
Junto a él, también según la misma fuente, nombró a su esposa, Tashfeen Malik, de 27 años de edad.
De acuerdo con el jefe de la policía local, Jarrod Burguan, detuvieron a un sospechoso que vieron salir del inmueble, pero no le probaron algo concreto.
Burgan incluso fue mucho más allá cuando declaró a Los Angeles Times que no descarta se trate de “un acto de sabotaje”.
Durante su búsqueda en el centro médico, uniformados llegaron a encontrar hasta explosivos.
El Times comentó que la pareja involucrada en la más reciente balacera tenía una hija “que estaba viviendo el sueño americano”.
Sin embargo, al mismo tiempo, añadió la publicación, quienes atacaron en la institución médica vestían “con ropa de asalto y armados con rifles y pistolas”.
Más tarde algunos de ellos fueron ultimados por la policía en la citada localidad, un territorio que ronda los 210 000 habitantes, donde, asevera Los Angeles Times, “resulta frecuente la violencia callejera”.
El periódico californiano hizo un recordatorio sombrío:
“La masacre de San Bernardino es la más sangrienta desde la matanza en la escuela primaria Sandy Hook, en el estado de Connecticut (este), donde en 2012 murieron 20 niños y seis adultos.
Obligatoriamente se desprende una pregunta:
¿Sirvió para algo la casi súplica de Obama cuando esta semana llamó a poner un freno a la hemorragia de tiroteos que desangra a Estados Unidos?
No, debido a que el verdadero poder en ese país descansa más en los “lobbys” tipo Asociación Nacional del Rifle, que en el salón oval de la Casa Blanca.
Así lo certificó, y tengo en archivo, una declaración que años atrás formuló desde Alemania el hoy ex presidente demócrata William Clinton.
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