Paraguay: Tiempo de cambio

Obnubilizadas mediáticamente por las elecciones presidenciales argentinas, en las que la derecha llegó por primera vez al poder por la vía electoral, los comicios locales en Paraguay demostraron la decisión popular de cambio en un país que, aunque presenta un sostenido crecimiento macroeconómico, más del 40% de su población vive en la pobreza.

Corrupción y empoderamiento de quienes encabezaron el golpe legislativo contra el presidente Fernando Lugo fueron castigados en una votación en la que el gobernante Partido Colorado solo ganó en cuatro de las diez ciudades más importantes y perdió en otras cuatro donde gobernaba en el período anterior: Asunción (la capital), Encarnación, Lambaré y Fernando de la Mora.

De nada valió la oficialista estrategia de comunicación de muchas imágenes multitudinarias, cierres de campaña con presencia del presidente Horacio Cartes y el vicepresidente Juan Afara; bloqueos y borrones a los comentarios opositores en las redes sociales; bocas de urnas dándoles ganadores.

 
Todos los eslóganes que hacían vender como “Equipo Ganador” al Partido Colorado quedaron en el humo, luego de darse a conocer la aplastante derrota: No solo, subrayo, no ganó Asunción, sino que en el único lugar donde obtuvo un nuevo triunfo, Luque, fue con una diferencia mínima de 267 votos.

De las elección de 250 intendentes y 2 640 concejales, el dato más destacado fue la derrota capitalina del Partido Colorado a manos del presentador televisivo Mario Ferreiro, del izquierdista Partido Revolucionario Febrerista, de la concertación Juntos Podemos, una alianza integrada por diversos partidos, entre ellos el tradicional Partido Liberal Radical Auténtico, de la que no participaron otras alianzas progresistas, como el Frente Guazú (Grande), de Lugo Ferreiro ganó contra todos los pronósticos de boca de urna, que daban como seguro triunfador al candidato de Horacio Cartes.  Mantuvo un lenguaje comedido, pese a los insultos soeces del gobierno y la oposición de las iglesias Evangélica y Católica, que se unieron en una sola voz para pedir que se votara por el colorado Samaniego, alegando que Ferreiro estaba a favor del matrimonio gay y el aborto.

Rico, pero pobre

Con casi siete millones de habitantes en este 2015, Paraguay es un país que cuenta con innumerables riquezas naturales. Con una tasa de crecimiento anual que alcanzó un 5% en promedio durante la última década, se espera una reducción, debido a la caída de los precios internacionales de materias primas que afecta directamente el valor de las exportaciones.

Los altos índices de pobreza y desigualdad, subrayo, siguen siendo importantes desafíos en Paraguay, donde se indica una fuerte corrupción en el manejo del presupuesto del primer Plan Nacional de Desarrollo para el período 2014-30, con el fin de eliminar la pobreza extrema y promover un crecimiento de los ingresos del 40% más pobre en comparación al del resto de la sociedad.

Esto es más notable en las zonas rurales, donde el campesinado ha sufrido violentos maltratos y sido víctima de matanzas por la fuerza pública y elementos mercenarios, ambos al servicio de latifundistas.

En este contexto, Ferreiro había denunciado desde su tribuna televisiva la estrategia de generar miedo, al afirmar que “los paraguayos temen repetir las historias de violencia. Es muy difícil pedirle a la gente que se manifieste sin sentir aquel antiguo miedo de las grandes represiones”, y agrega: “Por otro lado, hay una apatía generalizada a toda actuación política, en las encuestas se constata que la gente cree que, venga quien venga, todo va a ser igual”.

Respeta el proceso bolivariano venezolano y propone una ley de medios como la de Argentina. “Es el debate que tendría que darse en Paraguay: la única forma de contestar a ese relato masivo de un solo sector es democratizando los medios”, dice quien se propone que el suyo sea el mejor gobierno que haya tenido Asunción.