César Portillo de la Luz: una vida para la música
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Precisamente en 1922, el 31 de octubre, nació en La Habana César Portillo de la Luz, uno de principales labradores de dicha reputación. Un genio indiscutible de la canción por siempre vigente en el acontecer cultural cubano.
Para las actuales generaciones su nombre puede sonar un poco hueco, mas si se les mencionan canciones como Contigo en la distancia o Tú, mi delirio, suelen reconocer enseguida la obra de quien fuera cantante, guitarrista, compositor y también maestro.
En la ínsula sus composiciones fueron una influencia para músicos como Chucho Valdés, Pablo Milanés y también Silvio Rodríguez, quien hasta escribiera una canción dedicada a Portillo en 2003.
Por otro lado, el músico cubano es uno de los más versionados. Il Divo, Pedro Infante, Joan Manuel Serrat, Christina Aguilera, Luis Miguel, Plácido Domingo y José José son sólo algunos de los tantos famosos que han interpretado sus piezas.
Sorprende entonces descubrir que semejante artista nunca estudiase música en una academia. Eso sí, fue César desde joven un gran aficionado de la guitarra y junto a este instrumento comenzó su carrera musical a los 19 años.
Tiempo después, junto a otros creadores coterráneos como José Antonio Méndez y Ángel Díaz, César Portillo fundó el «filin» (vocablo derivado de la voz inglesa «feeling» referida al sentimiento en la interpretación) y renovó el bolero al añadirle elementos propios del jazz.
Dentro del mundo de la música, en particular de la composición, la obra del artista resaltó por su vasto sentido armónico, gran elaboración poética, y líneas melódicas de notable riqueza.
En un inicio, Portillo de la Luz componía canciones inspiradas por vivencias amorosas, sin embargo, a medida que fue madurando como músico llegó a abordar tópicos como el trabajo, la vida y hasta dio vida a homenajes a personalidades de la talla de Ernesto Che Guevara o Rita Montaner.
Así enriquecieron el repertorio de Portillo títulos como Canto a Rita, Interludio, Al hombre nuevo, Son al son, Amor es eso, Como una flor, Sabrosón, Noche cubana, Fantasía y realidad, entre otros tantos títulos acumulados a través de más de siete décadas de trayectoria.
Por la obra de toda una vida, la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España galardonó al cantautor con el Premio Latino en el 2004, fecha en la que igualmente recibiera en Cuba el Premio Nacional de Música.
Los más célebres escenarios de Europa y América fueron testigos de la valía artística de César Portillo de la Luz, quien además tuvo el mérito de contar con canciones en múltiples producciones cinematográficas.
De no haber fallecido el cuatro de mayo de 2013, probablemente podría vérsele aferrado aún hoy al pentagrama, entre armonías y letras. No es pura suposición. Según declaraciones del propio músico, cuando alguien le preguntaba cuál era su hobby, él siempre respondía: "Mi trabajo".
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