Lucas le ha devuelto 50 años a Fernando Pérez
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El director de cine cubano más premiado –Clandestinos, La vida es silbar, Suite Habana y Martí, el ojo del canario, entre otros filmes- considera que fue “un acto inteligente, fuera de esquema, proponer esa nominación: me han devuelto a los veinte años de edad. En realidad aunque haya hecho cine, ese clip es mi ópera prima y estoy como un muchacho con un premio”.
Canción fácil, un tema de Marta Valdés, interpretado por Haydde Milanés, alcanzó cinco nominaciones más: en la categoría de video del año, canción, dirección, en dirección de arte (Alejandro Gutíerrez), fotografía (Raúl Pérez Ureta), y en making of (Alejandro Gutiérrez y Carlos Manuel Paiffer).
Con esta introducción sobre la actual edición de Lucas –más de 170 clip en competencia- no pretendo insinuar que Canción fácil es la mejor obra de este año, pero sí que la participación de su hacedor prestigia el certamen y el género, a la vez que muestra su auténtica sencillez al caminar por estas calles como un primerizo en el clip. Fernando goza hoy de esa nominación porque no desprecia ninguna propuesta audiovisual ni humana.
Esta edición como otras, tiene a dos directores entre los más nominados: Alejandro Perez y Joseph Ros. El primero ha logrado realizar clip a Enrique Iglesias, Marc Anthony y Pitbull, lo que ha permitido abrir un mercado en distintos países, claro que a partir de la calidad de Alejandro primero como director de fotografía (Conducta, por ejemplo) y casi a la par realizador de clip.
A propósito, ni aplaudo acaloradamente ni critico que estén compitiendo en los Lucas piezas realizadas con cantantes como Iglesias, Anthony y Pitbull, lo importante es que su máximo responsable es cubano y aporta su talento en conseguir buenos resultados, como lo hizo el pasado año con la intérprete Ivette Cepeda.
En el caso de Ros su camino del arte lo empezó como historietista (quizás él lo ha olvidado) y ha crecido, en edad y dimensión artística, al lado de Lucas.
Como se dice en cada época de nominación: ya empezó la carrera de los Lucas. Desde ahora hasta los días 28 y 29 de noviembre en el Teatro Karl Marx, cuando se conozcan los premios, habrá debates, apuestas, críticas y aplausos. Ese “barullo” seguirá hasta que otros clip o hechos relacionados con esas piezas, despierten nuevas opiniones a favor o en contra.
En Cuba, Lucas es sinónimo de videos clip y para bien existe ese programa- concurso-gala que en una buena parte de las ocasiones, alcanza aceptables ribetes estéticos. Aún no me satisfacen totalmente todas las piezas: en algunas “la venta” del cuerpo femenino es hasta grotesca, aplaudo el uso de erotismo, del desnudo en uno u otro sexo, pero detesto la vulgaridad.
Claro, jamás le tiraré piedras a este género y a Lucas. Como propuesta, el clip ha sido escuela para numerosos (y algunos buenos) realizadores, puede ser una eficaz defensa de lo mejor de nuestra música y el programa ha sido uno de los más revolucionarios hechos en Cuba, por su estética de vanguardia, tanto en la conducción como en su empaque en general y por generar una competencia permanente. Para todos los que lo hacen, sea Fernando o Joseph, alcanzar un Lucas en un deseo y un sueño. Entonces se trata de una propuesta que los lustros vividos no le hacen perder interés por parte de realizadores y públicos, esa sola razón alcanza para que tenga espacios televisivos y en las tablas.
Y esperemos la llegada de los premios ¿Qué nos traerán esta vez las galas, dedicadas a los 65 años de la televisión y a los 500 de Santiago de Cuba?. Seguro que tendrá algún elemento polémico: Lucas no puede existir sin ese ingrediente.
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