México se prepara para huracán más fuerte de América
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Los habitantes de un tramo de la costa del Pacífico salpicado de balnearios y aldeas pesqueras tapiaron puertas y ventanas y se abastecieron a la espera de Patricia.
Con vientos sostenidos máximos cercanos a los 325 kilómetros por hora (200 millas por hora), la tormenta es la más fuerte documentada por el organismo en el este del Pacífico o en el Atlántico, afirmó el especialista Dave Roberts del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
La fuerza de Patricia era comparable a la del tifón Haiyan, que hace dos años dejó más de 7.300 muertos o desaparecidos en Filipinas, según la Organización Mundial Meteorológica de Naciones Unidas.
En México, las autoridades declararon el estado de emergencia en decenas de localidades de los estados de Colima, Nayarit y Jalisco, incluidos el atareado puerto de Manzanillo y el lujoso destino turístico de Puerto Vallarta. El gobernador de Colima ordenó el cierre de las escuelas el viernes, cuando se esperaba lo que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos describió como una llegada "potencialmente catastrófica".
Según el censo de 2010, hay más de 7,5 millones de habitantes en el estado de Jalisco y más de 225.000 en el municipio de Puerto Vallarta. El estado de Colima tiene 650.000 habitantes y la ciudad de Manzanillo unos 161.000.
El jueves por la noche llovía en Manzanillo mientras la gente hacía sus preparativos de último momento ante la tormenta. Las autoridades se apresuraban para intentar mantener a la población a salvo, tras la rápida evolución de Patricia desde tormenta tropical a huracán de Categoría 5.
En una tienda Walmart de Manzanillo, los clientes llenaban carros de productos no perecederos mientras la lluvia seguía constante en el exterior.
Verónica Cabrera, que acudió a comprar con su hijo pequeño, dijo que la ciudad tiende a inundarse cuando muchos arroyos pequeños se salen de sus cauces. Ella dijo que había protegido las ventanas con cinta adhesiva para evitar que se rompieran.
Alejandra Rodríguez, que compraba con su hermano y su madre, adquirió 10 litros de leche, una gran botella de agua y objetos como atún y jamón enlatado que no requerían refrigeración ni cocción. La familia ya había tapado la parte inferior de las puertas de su casa para evitar que entrara agua.
"La calle principal se inunda de verdad y corta el acceso a muchas otras calles. Se acaba pareciendo a una isla", comentó Rodríguez.
En Puerto Vallarta, restaurantes y tiendas protegían o entablaban las ventanas y los vecinos se apresuraban a acudir a las tiendas para hacer compras de último momento antes de la tormenta.
El Centro Nacional de Huracanes en Miami advirtió de que los preparativos debían acelerarse y la tormenta podría causar inundaciones en la costa, olas destructivas y crecidas repentinas.
"Este es un huracán extremadamente peligroso y potencialmente catastrófico", dijo Dennis Feltgen, meteorólogo del centro.
Patricia también podría afectar a Texas, dijo Feltgen. Las previsiones apuntan a que tras perder fuerza al tocar tierra, es probable que parte de la humedad tropical de la tormenta se combine con las intensas lluvias que ya sufría Texas al margen del huracán, informó y aumente las precipitaciones en la zona.
"Sólo va a empeorar una mala situación", informó.
En Colima, las autoridades entregaban sacos de arena para ayudar a los vecinos a proteger sus casas de la inundación.
Para el jueves por la noche, los vientos sostenidos máximos de Patricia habían aumentado a 325 kilómetros por hora (200 millas por hora) y alcanzado la Categoría 5, la más alta en la escala de Saffir-Simpson empleada para cuantificar la fuerza de los vientos de un huracán.
Su vórtice estaba unos 255 kilómetros (160 millas) al sur-suroeste de Manzanillo, México y avanzaba hacia el nor-noroeste a unos 17 kph (10 mph). en un camino previsto para tocar tierra entre Manzanillo y Puerto Vallarta durante el viernes por la tarde o noche.
Se esperaban algunas fluctuaciones en su intensidad, pero el Centro de Huracanes informó que esperaba que se tratara de una tormenta de categoría 5 "extremadamente peligrosa".
"Estamos tranquilos", informó Gabriel López, un trabajador en el área de mantenimiento del hotel Las Hadas de Manzanillo. "No sabemos qué rumbo vaya a tomar (la tormenta), se supone que viene para acá... Si hay alguna contingencia acomodamos a la gente. Hay salones no expuestos a viento, a cristales".
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