Enrique Ávila: Del acero al paisajismo (+ Fotos)
especiales
El artista Enrique Ávila, holguinero de pura cepa y admirado por sus monumentos a Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, en la Plaza de la Revolución; el del Comandante Juan Almeida Bosque, en Santiago de Cuba; o los Hermanos Saíz, en Pinar del Río, entre otros muchos de una extensa iconografía épica de hombres y mujeres decisivos de la Revolución Cubana, tiene una profusa faceta paisajística y pictórica mucho menos conocida.
Al comparar ambos derroteros de su creatividad, salta a primer plano una singular dicotomía: la espartana sobriedad del acero, las líneas minimalistas y el empleo de luces para subrayar sus obras tridimensionales, y la desbocada fantasía, onirismo y colorido de sus cuadros, que semejan panoramas extraterrestres vistos desde un satélite, o las barrocas formas y tonos de un exuberante arrecife coralino tropical.
Por supuesto, a este creador lo mueven dos conceptos distintos. Por un lado, la fuerza, la sencillez y la grandeza que le inspiran héroes y heroínas de la epopeya cubana y por el otro, dar riendas sueltas a la imaginación, poner en entredicho a la abstracción que —según él— ha dejado de existir al apreciar las más recientes fotografías puestas en circulación de otros planetas.
Acota al respecto que esos panoramas ya los habían creado casi todos numerosos artistas, aun cuando desconocían los detalles de esos mundos alienígenas. Su Che en la Plaza de la Revolución, de 36 metros de alto y 16 toneladas de peso, fue realizado en 1993. Fundido en acero, está inspirado en la emblemática fotografía del Guerrillero Heroico tomada por Korda. El monumento ha sido retratado por millones de personas que visitan La Habana, y Enrique siente que un poco ha perdido la autoría porque ha estimulado a otros artistas; se ha tomado como un ícono cubano y empleado con disímiles propósitos, sin que mencionen a su creador.
Algo muy especial ocurrió con este monumento, puesto que la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se inspiró en él para colocar uno, con técnica muy parecida, de Eva Perón, en la fachada sur del Ministerio de Desarrollo Social y Salud en Buenos Aires, inaugurado el 26 de julio de 2011. En carta de agradecimiento al artista, quien le envió también un paisaje y un retrato de José Martí, la Presidenta expresó: «Es cierto me inspiré en su obra del Che para realizar la de Evita. El Che y Evita, tan argentinos y tan universales. No se enoje, yo sé que Ud. lo considera cubano. Pero no se preocupe, que es igual».
Relieve escultórico al Che Guevara en la pared del Ministerio del Interior, en la Plaza de la Revolución, en La Habana
La pieza sobre Evita, titulada Eva de los humildes, fue realizada por Daniel Santoro y Alejandro Marmo. Posee 31 metros de alto por 24 de ancho, pesa 15 toneladas y toma como referencia la imagen de la portada del libro La razón de mi vida. Pintor, diseñador, escultor y grabador, Ávila tiene un estilo muy personal en sus cuadros, que como imanes atrapan a quien los mire porque cada vez que alguien se fija en ellos, descubre un detalle nuevo, una referencia que no había tenido en cuenta o parte de una imagen hasta entonces velada.
Nacido en 1952, se graduó de la Escuela Provincial de Artes Plásticas de Holguín, y de la Escuela Nacional de Arte en La Habana. También efectuó estudios de posgrado en Diseño Básico en la Escuela Nacional de Arte; estudios de Historia del Arte y la Literatura en el centro universitario holguinero, y de Diseño Escenográfico para Cine y Televisión en el ICRT, en la capital.
De su experiencia en la Televisión Cubana, Enrique ha tomado como una máxima la importancia de la luz, las posibilidades que permite y la multiplicidad de lenguajes a los cuales con ella puede acceder, amén de un claro sesgo de poesía y una expresividad muy sugerente y polisémica.
En una luminosa habitación, que ha tomado como estudio en su casa del capitalino reparto Kohly, este hombre que trabaja todos los días prepara su próxima exposición, «Cruces infinitos», que inaugurará el 13 de noviembre venidero, en la galería Carmen Montilla, en La Habana Vieja, en conjunto con su amigo sevillano Antonino Parrilla.
Esa muestra ya fue exhibida en julio de este año en Vila Real de Santo Antonio, Portugal, donde su alcalde, Luis Gomes, desarrolla un intenso trabajo de solidaridad con Cuba, apoyado por la Sociedad Cultural José Martí, y anteriormente, en 2014, se expuso en Huelva, España.
Con Antonino confiesa que lo unen muchas confluencias, como el empleo de las texturas, las transparencias y la asunción del paisajismo con un acentuado sentido fantástico, onírico y en intenso juego con la abstracción, y con «Cruces infinitos» ambos quieren festejar el aniversario 496 de la fundación de San Cristóbal de La Habana.
Su colega español quiso también dar continuidad a una iniciativa de su hija Marina, muy amiga de Cuba y fallecida en 2011, y los dos organizaron esta propuesta plástica que trata de ese constante reflujo de ida y vuelta, ese mestizaje entre la Isla y la Península, desde que hace algo más de cinco siglos la humanidad completó la cartografía planetaria poniendo definitivamente al llamado Nuevo Mundo en su realidad integral.
Esa arista menos conocida de su quehacer podrá apreciarse a plenitud cuando se abra «Cruces infinitos», que contará con un gran mural de cerámica realizado por Parrilla, quien lo legará después a la capital.
La Patria os contempla orgullosa/«Cruces infinitos»
El vuelo de la estrella/«Cruces infinitos»
Imagine/«Cruces infinitos»
Señales de humo/«Cruces infinitos»
Vitral marino/«Cruces infinitos»
Añadir nuevo comentario