David Blanco: músico, poeta, motorista y loco

David blanco es, entre los músicos jóvenes cubanos, uno de los más exitosos. Su trabajo, especialmente dirigido al público de su generación, lleva ya 10 años haciéndonos bailar, cabecear y reconocer el talento, porque si por algo se caracteriza su música, es por el talento.

David ha logrado magistralmente defender ese género de fusión, contrario a muchos otros que hoy creen que es una mera mezcla de ritmos. Él ha navegado entre uno y otro estilo y se le da muy bien, los hace fluir lo mismo cuando toca un son que un rock, una balada o si los funde todos en un mismo tema. «Lo que hago es el resultado de la música que he escuchado toda mi vida».

Eso se llama dominio, profesionalidad y mente abierta, y es lo que mejor califica su personalidad y el espíritu de su obra. Estudió violín de niño, se graduó tocando la trompeta y no deja de incursionar en el piano porque la avidez por experimentar y aprender es su principal motivación. «Hay quienes piensan que quiero abarcar demasiados instrumentos, en realidad soy una persona muy tranquila, pero eso me divierte mucho».

Por eso, además de músico, me gusta verlo también como un poeta, no solo por las letras que compone, sino por su manera desprejuiciada de proyectarse y su pensamiento siempre progresista.

Si alguien aún lo duda, mejor que lo escuche, sobre todo su último disco La evolución (BIS MUSIC), una verdadera joya que lo reafirmó como un artista con quien hay que contar.

Este 8 de septiembre, David inicia una gira nacional por plazas y centros culturales de ARTEX, para celebrar los 10 años con su banda. «Es el día de la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba, tan venerada por los santiagueros y todos los habitantes de esta Isla», recuerda el músico.

«Voy a comenzar por Santiago porque en esa tierra está la base de mi música, pues además de todo el efecto electrónico, nuestra esencia está en el cha cha chá, el son y la conga. Por eso también muy pronto filmaremos un video clip a partir de una conga, será algo loco. Aquí en Cuba hay mucho potencial para explotar, muchos ritmos, por eso siempre mantengo lo tradicional y trato de resaltar los clásicos de nuestra música para que los jóvenes los conozcan. Siguiendo esa cuerda, hemos hecho las versiones de "Yo soy el punto cubano" y "La bayamesa"».

Además del periplo, David está sumergido en la concepción de su nuevo disco. «Este será un álbum con mucho colorido, con un sonido electrónico fuerte muy a lo juvenil, pero igualmente dedicado a la familia cubana y a los niños; quiero dar alegría en estos momentos en que el mundo está tan convulso. El mensaje que le daría a los jóvenes es de no a la violencia y sí al amor a la familia, a la tierra, a construir una vida propia, a tener una mente abierta, a ser libres».

No ha terminado con el nuevo disco y ya el autor de "Parar el tiempo" tiene en mente otro fonograma. «Quiero hacer un álbum de dúos que reúna muchas interpretaciones con grandes músicos cubanos de varias generaciones». Ahí probablemente estarán Eliades Ochoa, Compay Segundo, Paulito FG, David Torrens, el grupo Hipnosis… y otros con los que ha compartido.

Haydee Milanés y David Blanco en la sede de www.cubasi.cu

-Estás en un momento sagrado que es la realización de un disco, sin embargo, te has lanzado a hacer una gira por Cuba. ¿Piensas que este viaje puede enriquecer y ser parte del nuevo proyecto?

-Claro, de eso se trata, cada vez que hacemos una gira nos enriquecemos mucho, casi siempre que hemos viajado por el país es porque hemos culminado un disco o empezamos con otro. Yo sé que me voy a nutrir mucho de la música de las distintas regiones de Cuba, que son muy ricas. En Santiago está el son, la conga, la vieja trova; en Guantánamo esta el changüí, de hecho queremos hacer allí un changüicito cuando lleguemos. De Oriente para acá yo me lleno de toda esa energía.

-¿Esto tiene que ver entonces con que el próximo disco será tan colorido, como tú mismo has dicho?

-Sí. Cuando digo colorido me refiero a que habrá mucha información, instrumentos que resaltan, cosas variadas, desde una balada hasta temas más fuertes o con influencias tradicionales. Siempre lo más difícil en los discos es hacerlos coherentes, homogéneos, que aunque haya temas muy diferentes, exista un mismo sonido, un hilo conductor.

-Si bien ya habías calado en los jóvenes cubanos, La evolución, que fue todo un éxito, te reafirmó como un músico sólido y muy popular. ¿Cómo te enfrentas a un nuevo álbum?

-La gente decía lo mismo del Despechao -porque tuvo mucho éxito- y después de este vino La evolución. Lo principal para nosotros ahora es superar el último disco. Creo que ese fue más que un disco, un punto de partida, fue un volumen que produje yo sin la interferencia de productores o antojos comerciales. Fue de mucha sinceridad y muy personal, aunque intervienen mi hermano Ernesto y mis músicos.

El álbum que viene ahora quiero que sea así, pero también abierto, como el que pudiera hacer cualquier joven en Cuba si tuviera la posibilidad.

-Tu versión de "El punto cubano" es parte de la banda sonora de la película La mirada y ahorita hablabas de recoger cada instante de lo que pase en esta gira en un video, de filmar la realidad. ¿Estás pensando colarte en el audiovisual y componer para cine?

-Ambas cosas. Siempre he querido componer para cine. En el caso del filme La mirada, escogieron un tema que ya estaba hecho, mi idea es involucrarme más en la música incidental.

-¿Tienes propuestas?

-Sí, aunque es algo que aún no se ha definido, será para el futuro. En cuanto a documentar la gira, sí me atrae mucho ese mundo de los encuadres, puedo filmar yo o cualquiera, queremos algo muy cubano, muy criollo.

-En estos 10 años, ¿qué momentos han sido definitivos para ti y tu banda?

-Uno está trabajando tanto en un presente, que casi nunca nos detenemos a marcar momentos, pero es bueno que lo preguntes.

El primer concierto fue determinante, me hizo confirmar que realmente era eso lo que tenía que hacer. Yo había estado en un escenario, pero no como cantante ni guiando un show de una noche. Eso fue el 27 de abril de 2001 en el Delirio Habanero. Eso no se olvida.

Como también recordamos el momento en que entramos a un estudio a grabar nuestro primer disco. Por ejemplo, en 2004 nos lanzamos fuera de Cuba, imagínate, era llevar nuestra música a otro lugar.

La primera gira por Cuba en 2007, estuvimos en tantas plazas y terminamos en la Plaza de la Revolución. Y cuando hicimos el disco La evolución, que fue empezar una nueva etapa.

-Sé que eres un amante de las motos, que estás en un club de motoristas… ¿tienes una conexión entre este mundo de la velocidad y el estilo de tu música?

-Ese es un ambiente muy rico. Aparentemente son personas que no tienen que ver conmigo porque me ven solo como el músico, pero David Blanco tiene también su hobby y una vida aparte. Me gusta eso de la vida en comunidad, del trabajo en grupo, y lo de las motos clásicas fue algo que me atrapó desde niño. Este grupo de amigos es como una familia, yo soy el más joven y nos une la misma pasión.

Creo que eso sí puede reflejarse en mi música. A veces me gusta coger carretera y estar 3 días por ahí, como quiera que sea, eso me conecta con mi espíritu y me enriquece en todo lo que cree.

-Eres un líder popular. Hablabas de la juventud, ¿qué crees que quieren esos jóvenes que te siguen y qué puedes darles tú como artista?

-Creo que los jóvenes tienen muchas inquietudes y muchos deseos de crear, ellos vienen con ideas frescas. La música y el arte en general deben ayudar, como ha sido siempre, a esa educación, a que la sociedad crezca. Creo que los jóvenes cubanos necesitan realizar sus sueños y nosotros debemos contribuir a viabilizar ese camino.

La música debe cantar al amor y también debe denunciar los maltratos y abusos de poder que hay en el mundo. Nunca hablo de política ni economía, pero estoy aquí para dar esperanza. Creo que cuando un joven escucha una canción como "Parar el tiempo", "Amaneció" o "La evolución", le inspira a ir en busca de otro horizonte.

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Ofrecemos una galería de imágenes y video de una entrevista a David Blanco, en la sede de nuestro periódico en el año 2009.