Yarisley Silva: Yo no buscaba a nadie en Estocolmo… y en las nubes te vi
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Tiene un ritual… repasa en un susurro la técnica, embadurna sus manos chocolate del polvo blanquecino del magnesio, agarra su garrocha con la cual tiene pactada un romance a la distancia de 4.30 metros y enciende sus turbinas.
Marca con solidez cada uno de los 14 pasos de carrera, embiste la cuña de despegue con una dosis extra de autoconfianza y nuevamente coquetea con las nubes, destierra los miedos, esos que la arroparon en el comienzo de un 2015 grisáceo.
La descripción de esa secuencia convierte a la pertiguista Yarisley Silva (4.90 de tope personal) en extraclase. No en vano es, junto a la rusa Elena Isinvaeva (5.06) y la estadounidense Jennifer Suhr (4.92), la tercera mujer en la historia capaz de superar la varilla sobre 4.90 metros.
Estocolmo, sede de la parada número 12 de la Liga del Diamante, la vio emerger airosa esta vez a 4.81 metros. Fue otra de esas batalla definidas in extremis con una maniobra por las alturas. Yarisley sacó el extra y rindió a la griega Nikoleta Kiriakopoulou (4.76), líder en la pugna por la gema con 16 unidades. Sucede que la garrochista helénica venció los 4.76 en su primer intento y Yarisley en el tercero, por lo que estaba obligada a superar los 4.81 para retomar el primer puesto y forzar a su oponente. Casi un calco de lo acaecido en Toronto en el duelo frente a la brasileña Fabiana Mürer (4.71), tercera en esta ocasión.
La secuencia de la pinareña de 28 años se comportó impecable hasta los mencionados 1.76. Incluso, sintiéndose en tarde lúcida renunció a las alturas de 4.61 y 4.71. De igual manera marchaba Kiriakopoulou , pero se antojaron demasiado los 4.81 dorados de nuestra representante.
Justamente Murer, con una decena de unidades y nuestra exponente dueña de siete, escoltan a Kiriakopoulou en la clasificación general. A propósito, los 4.85 de Yarisley en la mayor urbe canadiense la sitúan al frente del ranking de la temporada. En lo personal fue algo que presagié cuando los 4.73 metros del Saint Denis parisino la sacaron del letargo.
En Estocolmo la otra cara de la moneda fue la ochocentista Rose Mary Almanza (2:02.58 minutos), distante una vez más de sus 1:57.70 cimeros. Almanza se quedó de nuevo a galón vacío y vio como la francesa Renelle Lamote (1:59.91), con un registro en el plano de lo discreto, dominó la prueba.
Estocolmo no dejó tiempos y marcas en extremo excelsos, pero sirvió para puntualizar el panorama de contendientes de cara a la cita universal de Beijing en algunas pruebas:
Sobresale el contundente paso del británico Greg Rutherford (8.34) en el salto de longitud, el retorno felino de la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce (10.92) en los 100 metros, el panameño Alonso Edward (20.04) hizo los deberes en el doble hectómetro aprovechando una carrera sin tanto pedigrí, el trinitario Michael Cedenio (44.97) tomó desquite del dominicano Luguelín Santos (45.21) en la vuelta al óvalo…
Otros rendimientos de cetro emergieron de las piernas de los vallistas Orlando Ortega (13.18) en los 110 y Zuzana Hejnová (54.37), el polaco Piotr Malachowsky se reencontró con la coordinación y poderío para enviar el disco hasta 65.95 metros, la colombiana Catherine Ibargüen (14.69) continuó regenteando el triple salto, la germana Bárbara Spotakova (65.66) estampó su mejor disparo de la campaña jabalina en mano y su coterránea Christina Schwanitz (20.13) impulsó la bala como ninguna, relegando a la neozelandesa Valerie Adams a la cuarta plaza (18.69).
Restan 22 días exactos para que Beijing descorra sus cortinas mundialistas. Si hace poco más de un mes la nube de incertidumbre se posaba sobre Yarisley, esta a base de saltos se ha encargado de correrla hacia otros posibles destinos.
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