La dura realidad de las mujeres en Hollywood
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¡Corten! Las mujeres en el la industria del cine estadounidense están protagonizando una mala película. Detrás del glamour de las alfombras rojas y la fachada de la celebridad, Hollywood esconde una mueca de sexismo. Ellas apenas obtienen las migajas de un sector que genera más 30.000 millones de dólares cada año en Estados Unidos.
Cierto, un puñado de actrices y unas pocas directoras poseen ingresos fabulosos. Angelina Jolie, por ejemplo, cerró 2013 con 33 millones de dólares, mientras Jennifer Lawrence, Kristen Stewart y Jennifer Aniston ganaron más de 20 millones cada una. Sin embargo, solo Jolie clasificó en el top 10 de la lista de actores y actrices mejor pagados. Los diez hombres con salarios más elevados recibieron 2,5 veces más que sus diez colegas con mejores remuneraciones.
Discriminación frente y tras la cámara
No se trata solo de una cuestión de finanzas. La desigualdad en dólares expresa una cultura machista que plaga a la industria cinematográfica estadounidense. Otras cifras demuestran el alcance de la corrosión.
De los 250 filmes más taquilleros de 2014, solo el siete por ciento fueron dirigidos por mujeres. Si se incluyen las guionistas, productoras, editoras y directoras de fotografía, la estadística asciende apenas al 17 por ciento, según una investigación de la Universidad Estatal de San Diego. La discriminación es tan evidente que la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) ha decidido alertar al gobierno federal.
Esa organización ha enviado cartas a las autoridades federales con estudios y testimonios de 50 mujeres directoras. Los textos ilustran el sexismo desvergonzado, que funciona con mecanismos como las llamadas “short lists” de los estudios de cine, una preselección secreta de realizadores potenciales donde aparecen casi exclusivamente hombres.
La discriminación ocurre cotidianamente en Hollywood. Un blog creado en la plataforma Tumblr bajo el título “Shit People Say to Women Directors (and Other Women in Film)”, ha comenzado a reunir historias del desprecio a las profesionales de la industria. A juzgar por los testimonios, el menosprecio por las competencias de las mujeres y las agresiones sexuales, mal disimuladas en bromas machistas, inundan los set de filmación. Las autoras de los textos suelen mantener el anonimato por temor a represalias.
El falso feminismo de la pornografía
Días atrás, la actriz Salma Hayek lanzó duras críticas contra Hollywood. “Las únicas dos industrias donde las mujeres ganan más que los hombres son la moda y la pornografía”, señaló. La mexicana dijo que las mujeres debía demostrar su poder económico –representan la mitad de las ventas de taquilla—para convencer a los estudios fílmicos de incluir a más féminas en roles protagónicos.
En efecto, las actrices del entretenimiento para adultos ganan, como promedio, el doble y hasta el triple que sus compañeros en escena. Mientras ellas reciben unos 50.000 dólares al año (no las súper estrellas, obviamente), ellos deben conformarse con 30.000. Esos ingresos los complementan con actuaciones en clubes de striptease, fiestas y otros negocios relacionados con el comercio del sexo.
Algunas estrellas han amasado capitales relativamente elevados. La estadounidense Jenna Jameson ingresa unos 30 millones de dólares anuales –aunque ya no actúa—mientras Jesse Jane, aún en activo, hace 8 millones. Este poder económico y el protagonismo de las mujeres en los escenarios de la industria pornográfica serían suficientes para considerar al sector como “feminista”, según declaró la norteamericana Stoya (Jessica) a The Huffington Post.
Pero más dinero no significa necesariamente un mejor estatus con respecto a sus colegas de Hollywood. Las actrices pornográficas trabajan para un público mayormente masculino –tres de cada cuatro consumidores de pornografía online es varón—lo cual perpetúa la visión de las mujeres como objeto sexual. En los grandes estudios estadounidenses también prefieren a las actrices jóvenes y atractivas, para que acompañen a los verdaderos protagonistas: los hombres.
Finalmente, las grandes compañías pornográficas están controladas por hombres. Larry Flynt, el creador de Hustler, tiene una fortuna valorada en 400 millones de dólares. Los dueños de MindGeek, el súper monopolio de la pornografía en línea, también son del sexo masculino.
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