Director Diario Las Américas: Impúdico desnudo político
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Corresponde a Manuel Aguilera, un hombre al servicio de la ultraderecha cubano venezolana de Miami.
Lo hizo al comentar este jueves la visita que realizó a La Habana el ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
Al opinar desde aquella ciudad floridana, en lo tocante a la isla Aguilera se presentó como un crítico de los dos partidos tradicionales de España.
O sea, el Socialista Obrero Español (PSOE) y el ultraderechista Popular (PP).
Después lanzó un dardo venenoso contra el primero al insinuar que ha tenido una relación muy estrecha con la nación caribeña.
Tanto, subrayó, que Felipe (González) no le recordó a Fidel Castro que para mantener su “luna de miel” tendría que buscar una salida democrática.
Aguilera también escribió que, desde el colapso del franquismo en España, “la dictadura cubana ha estado edulcorada como consecuencia del marketing revolucionario”.
Para la izquierda, añadió, Fidel y el Che fueron un referente, “mirando hacia otro lado en el tema de los derechos humanos”.
Asimismo, prosiguió el director, la derecha actuó acomplejada al manifestarse contra una dictadura comunista “vendida con medias verdades sobre sanidad y educación”.
No es verdad, quienes han otorgado muy elevados reconocimientos a la isla en ambos terrenos son la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF.
Si le resta alguna duda, en gran número documentos, fotografías y videos hay constancia de lo antes dicho.
De acuerdo al señor Aguilera, el ex presidente español Felipe González fue el primero en “alardear sin pudor” de sus buenas relaciones con el comandante barbudo.
O sea, ¿no creía en el cuento del supuesto Diablo cubano? Es de agradecer al director por contribuir a desmontar esa vieja leyenda.
Por cierto, hace años exhibida con mucha frecuencia en las páginas de su propio rotativo, de el Nuevo Herald y otros llamados guardianes de la libertad de prensa.
En otro párrafo Aguilera atribuyó, lo que en su opinión ha sido falta de firmeza del PSOE hacia el castrismo, a una cierta afinidad, ideológica e histórica entre ambos.
Pero tampoco perdonó a la ultraderecha expresando que, aún cuando se esperaba su dureza contra La Habana, no lo ha hecho suficientemente.
¿Motivo? Una vez más superficial, el director de Diario Las Américas lo remitió a que “entonces apareció Manuel Fraga”, un ex ministro de Franco.
Y también, señaló, presidente de la Xunta de Galicia y paisano del padre de Fidel, cuya familia proviene de una aldea que radica en la comunidad autónoma española de Galicia.
Por eso, concluyó Manuel Aguilera, prosiguieron los viajes y los achuchones (empujones) entre La Habana y Madrid.
Sin embargo, el ilustre director del periódico de la ultraderecha cubano-venezolana de Miami no se detiene ahí.
Escribió además sobre lo que denominó el malestar causado años atrás en los predios del PP en Génova por la buena relación “castrofragista”.
Recuerda que en esa época era corresponsal de la televisora Antena 3 en Santiago de Compostela, donde tenía que hacer lo que sigue:
“Preguntarle, una semana sí y otra también, a don Manuel Fraga” sobre el malestar de Aznar por sus “guiños a la revolución verde olivo”.
A renglón seguido abordó torpemente la visita que esta semana hizo a La Habana el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
Escribió que, junto a quien denominó su escudero Miguel Angel Moratinos, sostuvo un amable diálogo con Raúl Castro, “a espaldas del Gobierno de Rajoy”.
Falso, en Madrid funcionarios del PSOE demostraron hasta la saciedad que ese viaje fue comunicado semanas antes a la máxima jefatura gubernamental del país.
Por favor señor Aguilera, repase los mandamientos de la Biblia y comprobará que uno de ellos estipula: “No mentirás”.
Y vale la sugerencia porque en su escrito de este jueves también deslizó que durante el encuentro Raúl-Zapatero “se comprometieron” a ayudarle a que Washington saque a Cuba de la lista de países que amparan el terrorismo.
Con tono provocador señaló que La Habana está en esa lista por haber sido “santuario de terroristas etarras”.
El propio Zapatero, basado en la alta responsabilidad oficial que sustentó en España, aclaró ante la prensa internacional que la acusación contra Cuba no era cierta.
Un ácido comentario del director de Diario Las Américas propinó el golpe mortal a las versiones en torno a ese capítulo.
Concentrado en la afirmación del canciller español, José Manuel García Margallo, de que el viaje de Zapatero a La Habana fue “desleal e inoportuno”, escribió:
Lo triste es que su enfado no es por el contenido de la reunión, sino porque “no fue el invitado de Raúl Castro”.
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