Este último se dedica a problemáticas infantiles, y en el condado Miami-Dade culpó a funcionarios de negarle asistencia psiquiátrica a niños que tiene bajo su protección.

De acuerdo a una reportera del Herald, Emily Michot, ese juez exigió al servicio social del estado explicarle «por qué no es su tarea ayudar a niños adoptivos enfermos».

Tan enérgica reacción no es ajena al caso de dos hermanos, solo identificados como L. S. y D. S., bajo cuidado oficial.

Hanzman ordenó en diciembre a las autoridades correspondientes trasladarlos en 48 horas a una entidad de salud mental, pero estas respondieron «que no lo cumplirían».

Y así fue, como dijo este sábado la periodista Michot: «los hermanos continúan sin recibir asistencia».

La ordenanza tiene fecha 29 de diciembre, aunque, recordó su autor, las ignoran, y a los infantes con grandes necesidades «se les niega un cuidado que es esencial».

¿En qué momento el juez Hanzman dio tal paso? Cuando finalizando 2014 una Corte Federal de Apelaciones emitió una orden en la que decía:

«El estado de la Florida, sistemáticamente, y durante muchos años, ha limitado la asistencia para niños pobres e incapacitados».

Otro juez, Adalberto Jordán, desaprobó el pago estatal a pediatras por debajo de lo establecido, y recordó que ello distanció a muchos profesionales de su trabajo.

Debido a eso, subrayó, gran número de chicos en áreas rurales a veces tienen que desplazarse largas distancias o esperar meses para recibir atención facultativa.

Sin embargo, para ideólogos estadounidenses, todo lo dicho anteriormente de manera implícita no forma parte del concepto «derechos humanos».

Un solo ejemplo del enredado tramo que 2015 abre por delante, donde, quizás más que nunca, será clave identificar la tendencia general que le vaya acompañando.

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