José Ángel, Leydi Laura y Darling Robert en la espiral de podio

Ampliar el espectro, deshacer vaticinios, regirse por planteamientos tácticos y sacar el extra. No importa si en la primera fecha de competencia o en el adiós. La esencia está en batallar hasta materializar los objetivos.

Filosofía por la cuál se rigieron el taekwondoka José Ángel Cobas, la pentatleta Leydi Laura Moya y la sablista Darling Robert. Los dos primeros con ruta dorada y Darling calzando traje de bronce.

Comencemos por Cobas (división de hasta 74 kg), esa avalancha de patadas y golpes de puños, capaz de anotar 53 puntos y permitir únicamente siete en sus cuatro batallas.

Espigado, calculador, capaz de asestar sus embates en cada distancia de pelea Cobas despachó con holgura a Luis E. Jiménez, de Costa Rica, al dominicano Wilkin Heredia y al boricua Elvis Barbosa en el camino a la final, donde borró del escenario al guatemalteco Guillermo Rodas, sorpresivo retador tras vencer a Uriel Adriano, de México, titular mundial de Puebla 2013.

Rodas silenció el World Trade Center de Veracruz, pero no contaba con un arsenal tan completo de Cobas, quien golpeó con suma limpieza efectividad al peto y a la cabeza del guatemalteco, sin respuesta en todo el combate, para triunfar 12-0 en lid detenida antes de finalizar el tiempo reglamentario debido a la superioridad técnica del vencedor.

Del resto de los cuatro títulos en disputa se encargaron los anfitriones por intermedio de Anel Félix (62 kg), César Rodríguez (54) y Ana Olivan (46).

De los otros tres exponentes de la Mayor de las Antillas, salvó la honra con bronce Yosmailys Ferrer (46), medallista de bronce, aunque pudo mejorar su actuación de no perder inexplicablemente una ventaja de cinco cartones en el último asalto de su pelea semifinal con Olivan, a la postre reina.

Por último, Nidia Muñoz y Rafael Solis quedaron muy por debajo de las expectativas al ser eliminados en sus primeras apariciones, a manos de la venezolana Adanys Cordero y el boricua Joan Núñez, respectivamente.  

LEYDI LAURA MOYA Y EL ARTE DE REMONTAR

Recuerdo de campeona o casta quizás. Ambas sensaciones no son para nada desconocidas en la carrera deportiva de la pentatleta Moya, titular en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Singapur 2010. Entonces contaba 18 abriles y con el tiempo se ha encargado de consolidar esas potencialidades iniciales, sobre todo en una disciplina donde la maestría necesariamente depende del tiempo de práctica.

Un onceno puesto en la exigente lid Champion of Champions de Doha, Catar, en octubre del 2013, el quinto en el Open de Acapulco en marzo de este año, y el séptimo en la segunda fase de la Copa del Mundo del Cairo, Egipto, califican como sus mejores dividendos en la arena internacional, no tan descollantes pero que dan fe de su estabilidad y ligera inserción en el entorno supremo.

Precisamente en suelo azteca moya se ubicó quinta en el Campeonato Panamericano de julio pasado, al acecho de la brasileña Yane Marques, la canadiense Melanie McCann, la azteca Tamara Vega y la también canadiense Donna Vakalis.

Este sábado, tras un comienzo un tanto tímido si se pudiera decir en la esgrima, avalada por 12 éxitos, una decena de fracasos y 223 unidades, Moya dominó los 200 metros de natación con crono de 2:17.42, en enconada porfía con la local Thelma Martínez (había sido puntera entre touchés con 259 unidades).

Pero el kid del vellocino estuvo en mantener el rendimiento en la equitación, un tercer puesto prácticamente soñado, pues para nadie es un secreto las peripecias de los cubanos cuando de montarse en un caballo y dominarlo se trata.

 
Allí Moya, anclada en el escaño 49 del ranking universal, terminó tercera gracias a 293 rayas, antecedida por la guatemalteca María Dieguez (300) y la también azteca Elena Nogueda (idénticos 293).

Llegaría el momento del cierre a todo tren, la confirmación en la prueba combinada de carrera (3 200 metros) y tiro (cinco blancos ubicados a diez metros y tiempo máximo de 70 segundos) con acumulado de 510 y la vanguardia decisiva.

Por encima del hombro miró entonces a las aztecas Tamara Vega y la propia Martínez en la alberca olímpica Universitaria de Veracruz en una disciplina que surgió por iniciativa del mismísimo Barón Pierre de Coubertin.

ROBERT Y SU SABLE DE BRONCE

Podían aspirar a algo más, aún cuando de antemano se conocía de la imponente presencia de los venezolanos Francisco Limardo y Silvio Fernández, oro y plata por ese orden en la espada individual varonil.

Lo cierto es que Ringo Quintero y Yunior Reytor poco pudieron hacer en el Gimnasio USBI Xalapa, de donde únicamente la sablista Darling Robert emergió con una presea, bronce específicamente.

Luego de culminar la fase preliminar con balance de cuatro asaltos ganados y dos perdidos, 18 toques favorables y nueve en contra para la tercera plaza tercera por detrás de la anfitriona María Paola Pliego (invicta y 17 touches positivos), y la dominicana Rossy Félix, el mismo palmarés, Robert quedó bye para la fase de octavos de final.

En cuartos sonrió 15-10 sobre la salvadoreña Fátima Tobar antes de ver truncado su camino frente a la panameña y a la postre monarca Eileen Grench por 9-15. La plata correspondió a la venezolana Milagros Pastrán.

Jennifer Morales, nuestra otra representante, recaló en la sexta plaza, víctima de la propia Pastrán por 13-15 en fase de cuartos de final. Devino esa instancia maldita para los de la Mayor de las Antillas, pues igualmente les deparó el revés a los espadistas Quintero y Reytor.

Ambos habían transitado a ritmo de cuatro sonrisas y dos reveses en los poules y el primero cayó 12-13 ante el colombiano Gustavo Coqueto, un rival que no le supera ni en calidad, ni en alcance, pero que supo encontrar la estrategia adecuada de combate. A Reytor sí le tocó bailar con la más fea, ya que el morocho Fernández lo frenó de manera inobjetable 15-9.

Este domingo el florete individual masculino y la espada femenina con Ringo Quintero y Yamilka Rodríguez como bujías, tendrán la intención de atacar en profundidad sobra las pistas con mayor suerte.

Hay ajetreo, la cita multideportiva regional apenas comienza y el pulso entre las rancheras y el son se mantendrá hasta que el telón caiga. Tácticas, estrategias, eléctricos inesperados y otros de pedigrí que sucumbieron. Emociones que caben en el espectro posible de cada confrontación deportiva…