Todo eso ha sido guión fiel de lo acontecido en la apertura de los XXII Juegos Centroamericanos y del caribe de Veracruz. A mi juicio, ese será el libreto hasta caer el telón el próximo día 30.

Y puede parecer ilusorio pero la prueba más latente la dio el canotaje en el Río Tuxpan, donde de las cinco pruebas disputadas tres cetros correspondieron a nuestros exponentes y los otros dos a los anfitriones. Digo más, el orden de los subtitulares, la respiración al acecho, se intercambió igualmente en las segundas posiciones del podio.

Ciertamente los Juegos están desarrollándose en cinco sedes. Pongamos un ejemplo sencillo: entre Veracruz y Tuxpan hay 289 kilómetros. Esa, de seguro fue una de las razones por las cuáles la televisión cubana se decantó por transmitir las elimiatorias de natación y el partido de béisbol, ambos en el escenario principal veracruzano, antes de salir a la histórica Tuxpan, ver, al igual que el yate Granma en 1956, zarpar a las canoas y los kayaks, festejar el brillo dorado y escuchar las notas del Himno de Bayamo.

En el plano personal no coincido con tal decisión, pero…

Al menos los cronos fueron fieles para describir lo acontecido. Así fallé en mi pronóstico inicial y el kayacista Jorge García no pudo sostener la primera posición que ostentaba entre los 750-950 metros de los mil con que contaba el trazado de esa primera regata y se vio superado in extremis por el local Jesús Valdés (3:34.077 minutos) por (3:34.116) del capitalino García. El venezolano José Ramos (3:36.422) se adueñó del bronce.

Diez minutos más tarde el canoísta Serguey Torres en el C-1 a mil metros con crono de 3:48.705 se encargó de redimirlo con toda la clase de su condición de multimedallista universal, doble titular panamericano en Guadalajara y evidenciando solidez en su tercera incursión como singlista. Torres, cuya secuencia por tramos fue de 250 metros (53.202), 500 (1:47.535), 750 (2:59.317) relegó con holgura a la segunda y tercera posiciones, por ese orden, al local y bien curtido José Cristóbal Quirino (3:53.640) y el colombiano Sergio David (3:53.880).

Antes de su partida su mentor Yosniel Domínguez aseguró sobre él:

“Serguey es un extraclase, su ritmo, resistencia de la fuerza y potencia así lo confirman. Además, posee una fidelidad táctica en cada regata incuestionable. Siempre ha sido un hombre proa de nivel mundial en las diversas tripulaciones de la canoa biplaza, y ahora está demostrando su solidez en la monoplaza también.”
El dos parece ser una combinación exitosa para el canotaje de nuestro país, pues una hora después de ver escapársele la gloria inicial en Tuxpan, el kayacista Jorge García unió esfuerzos a Reinier Torres para redimirse de forma dorada en el K-2 a mil metros. Esa misma fórmula de oro aplicó en la canoa biplaza Serguey Torres junto a Rolexis Báez.

La tripulación del kayak cruzó la línea de sentencia con registro de 3:12.417, luego de tomar la punta su embarcación desde la largada. Poco pudieron hacer los anfitriones Javier López y Jesús Valdés (3:13.655) por lo que García tuvo su revancha del single con este último. El bronce, a la cuenta de los venezolanos Ray Acuña y Jesús Colmenares (3:21.565), bien distantes por cierto.

“Reinier posee un físico envidiable, y su resistencia de la fuerza lo convierte en un kayacista muy parejo. Esa cualidad la explota sobre todo imprimiéndole una energía poderosa a las tripulaciones colectivas. Además, asimila muy bien los volúmenes de entrenamiento, sea cual sea el segmento en cuestión”, argumentó el preparador Yosdani Barroso.

En el caso del C-2 la casta los precedía. Bastaba echar una ojeada a sus (1:39.385 minutos) de bronce en los 500 metros del Mundial de Moscú. Con tales credenciales Torres-Aguilar (3:22.743) les sacaron más de siete segundos a los anfitriones José Cristóbal Quirino y José Camilo Cortés (3:29.900). La presea de bronce en poder de los también morochos Edward Paredes y José Solano (3:29.944).

Incluso esa combinación se perfila como sólida aspirante al podio den los juegos Olímpicos de río de Janeiro 2016: “Personalmente mi estatura y resistencia de la fuerza han condicionado los mejores resultados en tramos de largo aliento. Con Rolexis el desarrollo técnico ha sido progresivo desde que nos montamos juntos en la canoa. Tenemos buen ritmo y acople, y los Juegos serán un punto de partida para las metas del intenso 2015.”

El colofón, quizás no como lo hubiesen deseado, lo puso el K-4. Partían con pronóstico reservado debido a la inexperiencia de los noveles Alex Menéndez (19 años) y Héctor Bausá (16). Por si fuera poco para garcía constituía su tercera manga de la fecha, además de la segunda de Torres.

Pese a ello apenas una nariz los separó de los aztecas Jesús Valdés, Javier López, Jordan Salazar y Osbaldo Fuentes (2:53.587), mientras en bronce anclaron los venezolanos Antonio Oropeza, Jesús Colmenarez, José Ramos y Ray Acuña (2:56.836).

Sobre nuestra embarcación, había ahondado antes el mentor Yosdani Barroso: El K-4 tiene pronóstico reservado, su composición es equilibrada entre experimentados y noveles, pero le falta madurez, acople y estabilidad. Eso se gana con tiempo juntos.”

Este domingo todo el protagonismo recaerá sobre la kayacista Yusmari Mengana, quien pulseará en el K-1 y el K-2 a 500 metros junto a la debutante Daylén Rodríguez (17 abriles).

“Yusmary cuenta con dominio de la técnica. Estudios biomecánicos arrojan que sus ritmo de paletadas está parejo con el del resto de las atletas de la elite universal. Además es muy fuerte, eso sí debe cuidar el trabajo de las piernas y la coordinación de los brazos, además de no tirar la pala en su movimiento. Daylén tiene muchas potencialidades, pero técnicamente y en los indicadores de fuerza igualmente le resta mucho por desarrollar”, argumentó sobre ella su timonel Darovys Acevedo.

En el K-2 justamente las anfritrionas Karina Alanis y Maricela Montemayor se presagian como la piedra en el zapato. ¿Ondeará la bandera de la estrella solitaria?