Panamá 1938: Arriban los atletas

Cuartos Juegos Centroamericanos y del Caribe, Ciudad de Panamá 1938: ingresan cuatro disciplinas (levantamiento de pesas, polo acuático, frontenis y ciclismo); ya son 18. Las muchachas invaden el campo y la pista. Sorprenden los atletas de Puerto Rico al conseguir ocho cetros. Igual número de premios mayores conquistan los representantes de la sede y los de Jamaica. Para Cuba, tres; los aztecas se quedan en dos. Por primera ocasión se pasa del millar de contendientes: 1 216 (187 mujeres). Venezuela y Colombia por fin aparecen y Guatemala se ausenta.

La panameña Nola Thorne encabeza el arribo: oro en la distancia más corta al cronometrar 12 segundos y 6 décimas, y en los 110 con vallas (13.3), y ser la vanguardia en el conjunto dorado del relevo 4x100 (51.3), integrado además por Natalia Talvez, Adela Montilla y Nidia Villaverde. Brilla Rebeca Colberg, de la isla borinqueña, al vencer en jabalina (30.25) y disco (27.81). Representa al escenario la triunfadora en salto alto Lilia Wilson con 1.41.
 
Vengan los hombres. Señor de la velocidad, el istmeño Jennings Blackets, 10.4 en 100, mientras Jacinto Ortiz, de la mayor de las Antillas, llega segundo en la prueba reina y se impone en los 200 (21.7). El puertorriqueño Eulalio Villodas es el hombre plateado en esta distancia, alcanza bronce en el hectómetro e integra la selección ganadora del relevo corto (42.2): Eugenio Guerra, Rubén Malavé y Gaspar Vázquez, los otros.
      
Aplausos para los asombrosos ases boricuas: recíbanlos también Horacio Quiñones (14.8 en 110 con vallas); Juan Luyanda (1.89 en salto alto, de nuevo ganador, y 6,75 en longitud); Juan Palmer (13.85 en triple; Luyanda, plata); Antonio Petri (13.50 en bala); Ian Murphy (42.42 en disco); Antonio Figueroa (64.11 en jabalina), y el más completo del certamen: Salvador Torrós (3 459 puntos en decatlón). Permítanme mencionar a los otros dos campeones cubanos: el martillista Bernabé Sánchez (39.85) y Evelio Espínola con 55.8 en 400 con obstáculos. Vicetitular en esta prueba: Torrós.

Nos espera la piscina

Dominan los clavados el mexicano Antonio Mariscal (plataforma) y el cubano José Castillo (trampolín), seguido por Mariscal. La compatriota de Castillo, Margaret Chapman, la mejor en trampolín como en la edición anterior, y la especialidad debutante entre las féminas: plataforma. No se presentó ninguna rival, pero se le concedieron los galardones.
 
Natación: reinan Francisco Escobar, Alberto Raurell, Isidro Cordovés, Oscar Martínez, Olga Luque, Ruth y Edilia Gil, María Carlota Llanio y Margaret Chapman, todos de la más grande isla caribeña. Olga, hija del gran lanzador Adolfo, sobresale al  coronarse tres veces: con 1:15.9 en los cien estilo libre, 3:39.4 en 200 de pecho, y con 5:14.1 en el relevo 4x100 junto a Ruth, Llanio y Chapman. Raurell enlaza dos puestos cimeros: 1 500 (21:52) y 400 (5:20.9), y plata en el relevo, pruebas de la modalidad libre. El más veloz, Escobar: 1:04.2. Ofensiva y defensa superiores demuestran los polistas acuáticos jamaiquinos: invictos en cuatro encuentros. Tras de ellos, los panameños (2-2). Terceros, sin hacer la cruz, los boricuas.

Por primera vez también

Llegan los forzudos. Victoria para Panamá: Chester Field (y no fuma) es el uno en los 67.5 por sus 297.108 kilos; lo imita su coequipero Ramón Hermidas, al acumular 285.768 en los 82.5. Agregan tres de plata y dos de bronce. De Jamaica es el hombre más fuerte: Oswald Charley, por triatlón de 328.860 kilogramos en la entonces división superior, 91 kilos. Del mismo conjunto, Edgard William, entre los 75, al sumar 301.64.
           
Venezuela refulge en ciclismo. Gana la persecución por equipos, la ruta colectiva e individual; esta es suspendida por oscuridad e indisciplina del público: el árbitro declara ganador a Teodoro Capriles, que va al frente. Oscar Layne, representante del escenario que acoge la lidia, estrella del kilómetro contra reloj y la velocidad, plata en la ruta por seleccionado.

En frontenis, el azteca Gustavo Insunza, en sencillo y doble; Benjamín Morales lo acompaña en esta última contienda.

Llaves, ganchos, estocadas...

Los luchadores panameños George Jones (63), Roy MacLean (85) y Harry Smith (69) derrotan a todos sus contrarios. Los cubanos Mario Ruiz y Rafael Bárcenas los imitan en los 58 y 90 kilos, respectivamente. Mario Tovar, el 76 kilos de México, no se queda atrás. Entre las cuerdas, ninguno pudo con los mexicanos Fidel Ortiz (54), repite, Enrique Cardoso (57) e Ignacio Márquez (75), los istmeños Alfredo Stewart (67) y Jack Ryan (más de 81), los boricuas José Torres (51) y José Basora (60), y el jamaiquino Theodoro Wint (81).

El floretista Raymundo Izcoa (México) en el sitio más anhelado del podio individualmente y por seleccionado. En espada, igual resultado para Eugenio Gárate (Cuba); en ese conjunto vencedor alineó Ramón Fonst. El sable para el azteca Antonio Haro, cetro también en la batalla colectiva del arma y como integrante de la selección de florete, especialidad en la que alcanzó el vicecampeonato individual. Se incorporan las damas: la panameña Gloria Shelton lleva la voz cantante; colectivamente, las mexicanas Ligia Toledo, Ofelia Villaseñor, María Uribe y Lucía Quijano.

Tenis: Raquel Moch y Esperanza Belmar (México), Donald Yeahong (Jamaica), Daniel Hernández y Esteban Reyes (México) iluminan la cancha. Carlos Rodríguez y Ernesto Herrero (Cuba) traen luz en sus pistolas; los rifleros Gustavo Huet y Antonio García (México) y Serafín Quesada (Cuba), los imitan. Arriba el voleibol para damas: monarcas iniciales, las mexicanas. Por los hombres, Puerto Rico.

Enrique Montesinos, en su obra Los Juegos regionales más antiguos, informa: «En el boxeo llamó la atención la retirada del equipo cubano, como consecuencia de la negativa a que uno de sus púgiles repitiera una pelea en la que antes había sido declarado vencedor».
 
En baloncesto no se presentan en la final los dos quintetos más destacados en uno y otro sexo, México y Panamá, por estar demasiado fatigados. Los dirigentes deportivos declaran desierto el primero y el segundo lugares y solo reconocen peldaño de bronce para Cuba (m) y El Salvador (f). Los peloteros de la mayor de las Antillas, por cuarta ocasión consecutiva en la cúspide. El más útil a su club, el pitcher Agapito Mayor, al lograr cuatro de las cinco victorias del combinado.

Los mexicanos ocupan el primer escalón del medallero: 24-32-16. Panamá aprovecha su función de sede y les sigue los pasos: 24-22-20. Cuba en el tercero: 24-17-19. Y hacia Costa Rica, el teatro escogido para 1942… si la vida nos deja.