En una conferencia magistral organizada por el aniversario 40 de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Juantorena derrochó sentido del humor y emocionó a los pocos asistentes con la historia que lo hace pieza clave del deporte para la Revolución Cubana, así como Javier Sotomayor, quien compartió vivencias de su niñez y factores que lo llevaron a convertirse en multirrecordista mundial, y a dejar la varilla en 2.45 metros, marca que nadie ha podido superar desde el 27 de julio de 1993.

Emocionado por su estadía en México, donde gestó varios de sus triunfos, hizo amigos y hasta se convirtió en padre de una de sus tantos hijos, Juantorena se alista para Veracruz 2014 y confía en que el país caribeño mantendrá la hegemonía en el área, aunque aclaró que no arrasará en el medallero como en las ediciones a las que ha asistido desde 1970.

Cuba se llevará los JCC en dura porfía con México, que ha crecido mucho en todos los sectores del deporte a nivel regional y creo que será difícil derrotarlo, pero confiamos en que ganaremos, dijo el que fuera durante casi 30 años vicepresidente del Instituto del deporte cubano INDER.

La seguridad de que la isla impondrá su poder de nuevo, dijo, se basa en aspectos humanos, científicos y sistemáticos que se desarrollaron a partir de la Revolución, y que han quedado asentados en los medalleros olímpicos y mundiales.

“Es el valor fundamental de nuestro deporte, con nivel científico, intelectual, con entrenadores muy avezados que llevan muchos años en el movimiento deportivo cubano, y tenemos la plena confianza en que pondrán todas sus fuerzas y deseos para alcanzar el primer lugar en Veracruz, sin desestimar una gran oposición de México.

“No será ampliamente, lo advierto, sino por fotofinish, pero confiamos en nuestra fuerza. El cubano cuando compite es muy... como los mexicanos, durísimos, yo los conozco bien”, anotó.

El Caballo Juantorena compartió en video un reportaje italiano que resume la esencia del atleta que impresionó al mundo en las justas internacionales, cuando llegaron los barbudos, como les llamó a Fidel Castro y al Che Guevara, y alcances sobre la pista que después lo harían más grande con las primeras medallas olímpicas doradas de la Revolución en Montreal 1976, al ganar los esperados 400 metros y por sorpresa los 800, hazaña que ningún atleta ha repetido.

Sotomayor relató que comenzó a los 10 años en la escuela de iniciación deportiva escolar EIDE y su desencuentro con el salto de altura, en el que era el peor del equipo hasta que descubrió su talento, y reconoció al entrenador que lo condujo a las marcas mundiales, José Godoy, a quien atribuyó la mitad de sus éxitos.

Sotomayor, de 47 años, confesó que no tenía planeado dar esos grandes saltos el día que los logró. “Ese día, en Salamanca con el primero de esos récords (2.44 metros) lloré, y mi entrenador me dijo: ‘¿por qué te pones así, si esto estaba estimado en la preparación?, te lo había dicho’. Godoy sí lo tenía claro, yo no”, dijo el atleta, quien desde 1989 impuso marca del orbe (2.43) en el Mundial de Budapest.

Si bien afirma que los récords son para ser superados, y está consciente de que sus marcas han sido amenazadas en los tiempos recientes por ucranianos y rusos, que son cada vez más constantes en librar la varilla por arriba del 2.40, Sotomayor lanza su deseo real: Ojalá duren mucho tiempo más, le da más valor a mis récords, y eso me gusta.