Los 43 estudiantes mexicanos fueron quemados vivos, dice activista por los DD.HH.

«Estaban heridos cuando los quemaron vivos, les rociaron con gasolina. Eso se va a saber, dicen que hasta les pusieron madera, algunos de ellos estaban vivos y otros muertos», dijo el sacerdote, que dirige un albergue para inmigrantes ilegales en el estado de Oaxaca.

La afirmación del sacerdote católico se basa en los testimonios de testigos de los policías.

Solalinde, de 69 años, está en comunicación con los estudiantes supervivientes de la escuela rural de maestros de Ayotzinapan, estado de Guerrero, apaleados la noche del 26 de octubre en la ciudad de Iguala (200 km al oeste).

«La primera información directa la tuve el domingo pasado. La segunda, ayer, en la Ciudad de México. Hay testigos entre los propios policías, pero tienen miedo de hablar», dijo Solalinde.

El sacerdote respondió a las preguntas de esta agencia en el marco del XI Foro de Derechos Humanos del Sistema Universitario Jesuita, en la Universidad Iberoamericana de Puebla (70 km al este).

Solalinde, la mayor figura de la Iglesia católica que trabaja por los derechos humanos en México, recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos 2012 tras denunciar la masacre de 72 inmigrantes perpetrada por traficantes en agosto de 2010.