Miami-Dade: ¿Un Miss Universo?
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Se trata de la vicealcaldesa, Christi Fraga, quien votó en contra frente a los tres funcionarios que decidieron hacerlo a mediados de enero.
Algunos saben que el verdadero poder en este gigantesco negocio está en manos del multimillonario estadounidense Donald Trump.
El actual alcalde de Doral, Luigi Boria, amorosamente ligado a la ultraderecha de origen cubano y venezolano, exaltó los beneficios económicos que espera del suceso.
Pero su segunda al mando, la vicealcaldesa Fraga, se pronunció en una dirección exactamente contraria.
Ella empezó diciendo que no rechazaba llevar a cabo allí el concurso Miss Universo, pero sí que afectara el bolsillo de los contribuyentes.
Incluso llegó a levantar gruesos signos de interrogación al poner en duda que lograrían suficientes inversiones para compensar los gastos.
Sus palabras cuestionaron además lo dicho por Boria, en el sentido de que Miss Universo representaría «un importante motor económico para la comunidad».
No obstante, el alcalde ya anuncia el pronto desembolso de medio millón de dólares al servicio de la organización del evento.
Pero no se detiene ahí, en diciembre otro millón, y en enero más generosos dólares.
Esas promesas tropiezan, por ejemplo, con amenazas de cierres totales o parciales de bibliotecas y con el semioculto ejército de mendigos que en Miami brinda pretextos a filmes hoy muy reconocidos.
Un periodista del Nuevo Herald, Enrique Flor, comentó que la jefatura del municipio Miami-Dade acordó gastar dos millones y medio de dólares en esa peripecia.
Pero ni aunque hagan uso de múltiples oropeles podrán borrar determinadas realidades, como la significativa frivolidad que marca a su era.
Si el Miss Universo de Donald Trump llega a tener lugar en Miami-Dade, así lo estará corroborando.
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