Pelota sub-23 con poco público

El hecho de que se trataba uno de los recintos que más colorido brindó a la pasada Serie Nacional contribuía a mi asombro, y me hizo pensar en el futuro de este certamen, que probablemente sea lo más parecido a nuestra Serie Nacional en los próximos años por la política de contratación de figuras en el exterior, lo cual debe seguir creciendo.

Es cierto que la afición cubana no está acostumbrada a seguir los eventos de categorías inferiores, con nombres desconocidos en su mayoría, errores propios de la inexperiencia y hasta uniformes que dejan mucho que desear, pero me parece que poco a poco esto puede ir cambiando.

Estamos en pleno verano y la gente tiene mejores opciones para despejar que ir a un estadio de béisbol, más aún en Matanzas con el polo turístico de Varadero a unos minutos de viaje, y si esto se suma a lo dicho anteriormente, no es para alarmarse.

Con el tiempo los aficionados se irán acostumbrando a ver jugar a estos muchachos, disfrutarán con su desarrollo y recordarán con cariño haber sido testigos de sus primeros pasos. Quienes lo vivieron, recuerdan que también cuando se iniciaron nuestras Series Nacionales hubo algún reparo inicial porque no era a lo que estaban acostumbrados, pero los peloteros se ganaron sus corazones a base de entrega y dedicación. Lo mismo debe suceder ahora, porque en la mente de cada uno de esos jóvenes estará brillar para ser llamado a empeños mayores, y ya algunos han mostrado su talento.

El hecho de ser la primera experiencia también influyó en que el calendario no fuera el más apropiado y la logística tampoco estuviera como debe ser, pero una vez ajustadas las fechas con la Serie Nacional, que este año parece acomodarse al momento del año más propicio, todo debe mejorar.

Como sucede con nuestro principal espectáculo, las fases decisivas deben tener mucha mayor atención del público, y ese será el momento ideal para asestar el golpe directo al corazón de los fanáticos con un béisbol de altura.