"Occupy Wall Street se parece más a la depresión de los años 30 que a los hippies de los 60"
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Columnista de The New York Times, The Wall Street Journal o Le Monde Diplomatique, Thomas Frank ha explorado a lo largo de su carrera las "guerras culturales" entre la política y la cultura en Estados Unidos. Reconocido escritor y periodista, autor de libros como el recién publicado Pity the billionaire (Lástima por los millonarios) o The Wrecking Crew. How Conservatives Rule (El equipo de demolición. Cómo gobiernan los conservadores), publica ahora en España, de la mano de la editorial barcelonesa Alpha Decay, La conquista de lo cool. El negocio de la cultura y la contracultura y el nacimiento del consumismo moderno. Desde su casa en Washington atiende a la videollamada de LaVanguardia.com.
Leyendo 'La conquista de lo cool' no se puede evitar pensar en el movimiento 'Occupy Wall Street' en Estados Unidos o, en el caso de España, en los llamados 'indignados'. ¿Ve usted alguna relación entre la llamada contracultura de los sesenta y los movimientos actuales?
En los sesenta había una gran diferencia entre la contracultura y la llamada Nueva Izquierda, que era la gente que protestaba contra Vietnam o a favor de los Derechos Civiles. El movimiento Occupy Wall Street (OWS) es diferente porque es un movimiento, por así decirlo, enmarcado en tiempos duros y difíciles. En los sesenta existía mucha afluencia productiva, era una sociedad en auge y ahora vivimos lo contrario. Si que existen muchas cosas contraculturales en la superficie de OWS pero creo que su significado profundo es muy diferente. Con todo, cuando nuestra cultura comercial empiece a pensar acerca de OWS la percibirá igual que la contracultura de los sesenta. Lo sé porque ellos asimilan cualquier movimiento del mismo modo. La cultura de los negocios siempre entiende cualquier movimiento juvenil del mismo modo, es decir, que los jóvenes quieren ser ellos mismos, que son inconformistas ante las figuras de autoridad o cosas por el estilo... La idea de que exista un movimiento de protesta contra la concentración de la riqueza o contra la desregulación del sistema financiero es algo que no asimilan, no entra en sus mentes.
¿Cree que las empresas usarán el mensaje de OWS para vender sus productos, como ya hicieron con la contracultura?
Lo harán, si es que no lo han hecho ya. Le falta un poco de tiempo todavía.
A menudo, a los manifestantes de OCW o a los indignados se les califica de modo despectivo como 'hippies'. ¿Qué opina al respecto?
En los 80 yo iba con mis camisetas punk-rock y muchos también me llamaban hippie. La gente no tiene ni idea. En OWS hay muchas personas involucradas, hay mucha clase obrera implicada y eso es destacable porque los sindicatos y la contracultura nunca se han llevado muy bien. Hay mucha amargura entre ellos desde los 60. Aquella fue la gran brecha que encontró Richard Nixon para ascender y llegar a la Casa Blanca. "Así es como vamos a dividir a la coalición demócrata", debió decirse. A la clase obrera no le gusta la contracultura, todavía es así. Los hippies eran un movimiento de prosperidad y OCW es un movimiento de protesta. Me recuerda más a las huelgas de 1930 que a la contracultura de los 60.
Para un europeo suena raro que alguien del Tea Party esté acampado en Zucotti Park en Nueva York o en cualquier otra ciudad del país. En Europa, este tipo de protestas tienen en general un carácter más de izquierda. ¿Puede explicarme cómo se llega a que una persona del ala más dura del conservadurismo estadounidense apoye una protesta que parece a priori de izquierdas?
Actualmente existe mucha confusión en Estados Unidos entre la izquierda y la derecha. Muy a menudo la gente no sabe en qué lado está. Resulta muy difícil para la gente poder decirlo y definirse. Precisamente esta frontera está borrosa en los últimos años por el Tea Party. En la historia del movimiento conservador estadounidense, sus miembros nunca han salido a la calle a protestar con pancartas y megáfonos en un parque. Hay muy pocos ejemplos de ello, quizá en los ochenta. No ha habido nada similar al Tea party desde hace mucho tiempo y ahora el Tea Party, de manera deliberada, habla con el lenguaje de la izquierda y usa la imaginería de la izquierda para vender su mensaje, que es de lo que hablo en Pity de Billionare. Para mí tiene todo el sentido del mundo que exista una seria confusión. Ambos movimientos, en esencia, albergan un profundo resentimiento hacia Wall Street y los rescates a los bancos. Ambos movimientos están muy enfadados con eso.
¿Cree que un movimiento como OWS puede ir a más?
Espero que OWS no vaya a más y se convierta en más violento. Lo que sí es cierto es que no pueden simplemente permanecer en una plaza sentados. Tienen que actuar o el movimiento estará condenado a desaparecer.
Parece que desde determinados medios de comunicación se intenta vender la idea de que Estados Unidos es un país es profundo declive.
Los tiempos son duros, todo el mundo lo sabe. Estados Unidos tiene un montón de problemas. Desde la Nueva Economía, la burbuja de las puntocom, después Iraq, después la crisis del sistema financiero... Con todo, la gente ha estado predeciendo la decadencia de Estados Unidos desde hace mucho tiempo. Ya en los 70 existía este sentimiento después de la guerra de Vietnam, el desastre nuclear en Three Mile Island y la crisis de los rehenes de Iran. "El siglo de Estados Unidos se ha terminado", "están en decadencia", decían algunos. Hasta el propio presidente de entonces, Jimmy Carter, lo dijo. Y nuestra respuesta fue escoger a Ronald Reagan (ríe).
Hablando de Ronald Reagan, ¿las grandes multinacionales y los mercados dominan el mundo, como se repite como un mantra desde la prensa y determinados sectores de la política?
Es así. Y su poder crece cada día más cuando debería estar disminuyendo después del desastre de la crisis financiera. Existe un profundo interés de las compañías en limitar el poder de los gobiernos, del Estado, en favor del poder los negocios y los mercados. Todas estas instituciones limitan el poder de los gobiernos, como el Fondo Monetario Internacional, como lo que sucede ahora mismo en Europa con el nuevo tratado. Esto afecta básicamente a los mercados y a la lógica del Estado. Cada vez queda menos espacio para la democracia.
¿Cómo ve a Estados Unidos dentro de 10 años?
La recuperación será muy lenta. Políticamente, no sé qué sucedera. Obama no ha mostrado ningún deseo de cambiar el curso de la izquierda. Cuando llegó al poder, muchos pensaron que se estaba escribiendo el final de un capítulo y que se empezaba otro. Ahora sabemos que las cosas continúan igual. Uno de los grandes problemas que tendremos será la distribución de la riqueza, que cada vez tiende a concentrarse más y más, y que nos lo están avisando desde hace 20 años. Las probabilidades de que alguien vaya a hacer algo al respecto tienden en mi opinión a cero. Las cosas no cambiarán, aunque espero que lo hagan, claro.
¿Ha fallado Obama a los estadounidenses?
Obama no ha fallado a los estadounidenses, Obama ha cometido muchos errores, no tomó la iniciativa cuando debería haberlo hecho. Cuando fue elegido en 2008, todo el mundo lo veía como un héroe al estilo Franklin Roosevelt, tenía una mayoría en el Congreso y podía haber hecho lo que quisiera, pero al final decidió hacer cosas muy pequeñas y no las grandes cosas que debían de haberse hecho. No ha resuelto el problema de la recesión y ha permitido que los republicanos puedan llegar de nuevo al poder el próximo año. Por el contrario, George Bush sí que fue un fiasco. Ese tío nos metió en una guerra contra un país que no nos había hecho nada, autorizó torturas... Ahora que ha salido el último soldado de Iraq es el momento de mirar atrás y no sin cierta amargura. En 2003 ya se veía que todo se lo estaban inventado, yo lo vi solo leyendo revistas y periódicos, la pregunta es ¿por qué no lo vieron los 'genios' que estaban o están en los medios de comunicación? Fue una vergüenza. Después fue una guerra contra la desregularización del Estado, cómo los republicanos arruinaron la regulación del Estado en su propio beneficio, algo que provocó la crisis financiera actual y permitió a los banqueros ir a lo loco. No fue solo Bush, Clinton hizo lo mismo y antes de él, Reagan. Esta es la manera moderna de hacer negocios. Y Obama, siendo mejor que Bush, no ha corregido este problema. No habla de ello, no da explicaciones al público sobre la situación, sobre qué fue mal y cómo lo va a arreglar.
¿Cree que será reelegido?
Si los republicanos nominan a Newt Gingrich, Obama será reelegido. Si finalmente es Mitt Romney, el republicano tendrá posibilidades de ganar a Obama. Romney se muestra como un hombre muy sensible. Ya veremos.
Tomado de La Vanguardia
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