Pero si algo mostró, crudamente y sin tapujos, ese mal momento, fue la no clasificación al Mundial sub-20 femenino del pasado año, pese a haber sido sedes de la eliminatoria Norceca.

Ahora tenemos otra oportunidad similar, porque a partir de este miércoles acogeremos en el premundial absoluto, y una vez más salimos con favoritos para llevarnos el boleto a la justa del orbe, que se disputará a fines de año en Italia.

El preparador Juan Carlos Gala, de muy buenos resultados en categorías inferiores, busca todavía su clarinada desde que asumió las riendas del colectivo de mayores, y aquí tendrá un buen medidor.

Con un plantel que mezcla voleibolistas jóvenes con otras un poco más veteranas, el sistema de juego será con una sola pasadora, porque según nuestros estrategas todavía no contamos con acomodadoras capaces de sumarse al ataque como teníamos en los tiempos de esplendor.

La presión de ser sede y el favoritismo precompetencia pudiera jugar en contra, pero el público presente en el coliseo de la habanera Ciudad Deportiva debe aportar el calor necesario para anular estos inconvenientes, conjuntamente con un buen trabajo sicológico individualizado.

Según se ha adelantado, la alineación regular dependerá de las centrales Rosana Giel y Alena Rojas, las auxiliares Jennifer Álvarez y Sulian Matienzo, la líbero Emily Borrell y la opuesta Melissa Vargas, quien con solo 14 años de edad sigue mostrando notable madurez sobre la cancha.

En cuanto a la pasadora, todavía se ven muy parejas Yamila Hernández, Beatriz Vilches y Gretel Moreno, y seguramente rotarán por la posición, una de las más importantes en el deporte de la malla alta.

Los rivales no meten miedo, pues Curazao, Haití y Trinidad y Tobago no están en la elite de la región, aunque las trinitarias cuentan con jugadoras en las Ligas de Rusia, Francia y Polonia.

La misión es más que clara: Evitar otro Maracanazo tropical.