¿Asuntos de Barbies?
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Pero a diferencia de tiempos de antaño, hoy crece la disposición femenina a destacar esa parte del cuerpo con la ayuda de la cirugía.
La coquetería de las mujeres cubanas es una característica que pudiera hablar del deseo de algunas por aumentar su busto. Por eso, no es de extrañar que en las salas de las casas o en los espacios para compartir con las amistades, salga a la luz el tema de los implantes mamarios.
Muchas veces se asume que el culpable de esta tendencia sea el consumo cultural de programas televisivos foráneos y los patrones de belleza impuestos a fuerza de proyectar el cuerpo ideal.
Entonces, la proyección de una buena figura supone dar la bienvenida a los escotes antes mirados con añoranza. ¿Es el implante la solución a una inconformidad física?
Árbol que nace torcido… la ciencia lo endereza
Existen enfermedades específicas por las cuales algunas mujeres deciden someterse a una intervención quirúrgica para ponerse implantes. El síndrome de Poland o la ausencia del pectoral, patología donde no crece tejido mamario; las hipertrofias y el cáncer de mama, clasifican entre las principales causas.
Pero hay otras razones que a veces son juzgadas como estéticas, como el deseo de tener un busto más grande o la inconformidad con la forma de los senos, luego de la maternidad.
Zuleica Camacho, por ejemplo, se operó hace seis años porque después del embarazo bajó de peso y, como la personas le hablaban de los implantes, quiso hacerlo.
Los implantes mamarios, tanto de silicona como de solución salina no afectan la lactancia del bebé y, si se cumple con las precauciones establecidas, tampoco comprometen la salud de la paciente. La operación es ambulatoria y casi siempre la etapa posterior de curación termina a las dos semanas.
Hace cuatro años que María Isabel Rodríguez obtuvo sus implantes por razones similares a las de Zuleica Camacho y ella enfatiza que mientras en otros países se paga por esta cirugía, en Cuba es gratuita.
Los hospitales cubanos especializados en este tipo de intervenciones garantizan los implantes (cuyo precio oscila entre los 600 y 900 dólares), si la operación se realiza por alguna patología. Cuando se hacen por una decisión particular, sin que medie un criterio médico, la paciente debe adquirirlos por su cuenta y tener un detallado expediente con sus características. En ambos casos, la cirugía y la recuperación son gratuitas.
El hospital Hermanos Ameijeiras es el único centro facultado por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) para la realización de implantes mamarios si la paciente adquiere la prótesis en el exterior y es apta, según la valoración de especialistas.
Los recovecos de una práctica médica
El cirujano plástico Vladimir Hernández Cabrera comentó a estas periodistas que la cirugía estética en Cuba comenzó a partir de los años 50, con el servicio de quemados. En aquel entonces, era de tipo reconstructiva y se les realizaba a aquellas personas que padecían secuelas de quemaduras.
Asimismo, los hospitales Calixto García y Joaquín Albarrán fueron los primeros en poner en práctica esta especialidad.
El triunfo de la revolución dio paso a una amplia formación de cirujanos plásticos. Además, hubo un incremento de casos con inconformidades de su cuerpo, de tal manera que la atención a la población comenzó a partir de personas con deformidades congénitas y envejecimiento cutáneo, según Hernández Cabrera.
El desarrollo de la cirugía plástica alcanzó niveles mucho más elevados, pues además de atenderse casos con deformidades e irregularidades, aparece el implante o prótesis como una solución médica y estética.
Las prioridades para la cirugía de implantes en Cuba responde a los padecimientos de tipo oncológico y luego a hipertrofias mamarias o gigantomastias, así como a enfermedades con síntomas psicológicos y físicos considerables.
Al respecto, el cirujano Pavel Reyes Rodríguez anota que “los implantes mamarios son estéticos, pero también funcionales porque hay pacientes con ausencia de mamas o que después del parto resultan atrofiadas y disminuyen considerablemente. Al incorporarles un implante, mejoran su autoestima”.
La autoestima de una persona es fundamental no solo porque es necesaria para enfrentar y aceptar la realidad; una persona inconforme consigo misma puede llegar a deprimirse de tal manera que devenga en una enfermedad.
Por esa razón, la decisión de poner una prótesis depende de los cirujanos, anestesistas y una valoración psicológica del paciente.
Si bien los patrones estéticos internacionales influyen en el deseo de cambiar y embellecer, la cirugía estética con implantes de busto no puede verse como un capricho, es ante todo una alternativa para sentirse bien y conforme con el propio cuerpo.
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