Madera de títere, un retablo universal y soñado

Es que ciertas verdades materiales, visibles, creadas y expuestas, palpables, duras y durables como la madera, entrañables como ese bendito material que nos regala la naturaleza, útiles y bellas, con carácter, pero dúctiles y sensibles a la imaginación, ciertas cosas, como las que hace Zenén Calero, no son totalmente de este mundo.

Traen sus retablos y sus muñecos un aliento de sueño, ahora, como parte de la presente edición del Taller internacional de Títeres de Matanzas, la muestra Madera de títeres lo reúne con el creador Elio Sánchez para recrear en madera a personajes imprescindibles en el universo del títere.

Allí están, por ejemplo,  Pulcinella, Petrushka, Monsieur Guiñol  y Pelusín del Monte, en otra invitación a conocerlos, a verlos y “… sentir como nos miran con ojos anhelantes e irónicos. Observarlos será aplaudirlos de una forma otra, darnos cuentas que seguirán ahí, porque están hechos de una madera especial, mezclada con esa sustancia llamada Arte”.

Así cierra sus palabras sobre la muestra Rubén Darío Salazar, otro que viene y va del mundo real a la magia de los títeres como una ruta del alma, pero no las repito por pura prominencia, sino por explícito acuerdo, porque la materia original del cuerpo de Pinocho le sirve  a estos muñecos con una naturalidad y una gracia, con una maestría tanto en el diseño como en la elaboración, con una rara exactitud más visible a la intuición que a los ojos, que los re- vivifica desde el ingenio de ambos artistas.

En el salón Azul del Palacio de la Artesanía, sede de la ACAA, de Matanzas, permanece Madera de títeres donde, una vez más al decir de Rubén, ambos autores “han recreado con cuidada estética y acabado las figuraciones de algunos de nuestros más queridos héroes  populares tradicionales, personajes llegados desde distintas partes del mundo, interpretados ahora desde maderas duras y blandas, dueñas de extraños colores, dotados de gestos y expresiones tan viejas como nuevas.”