Represión sionista: Sin salida
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Las denuncias por mentirosa y distorsionadora a la prensa controlada por el imperialismo toman en estos días mayor auge, por las sucesivas conspiraciones fascistas en Ucrania y Venezuela, al tiempo que disfraza la continuada represión sionista contra los palestinos para conservar y aumentar los territorios árabes ocupados. En ello se enmarca la más reciente entrada de blindados israelíes en la Franja de Gaza.
En anteriores comentarios en este portal habíamos señalado que cada vez que el Imperio propicia negociaciones entre Israel y Palestina, a fin de llegar presuntamente a un acuerdo de paz entre ambas partes, las autoridades de Tel Aviv aumentan el número de asentamientos en Cisjordania, los métodos brutales contra palestinos de cualquier religión y la expulsión de quienes estorban su plan de judaizar a Jerusalén.
Tal es el descaro al respecto, que algunos aliados europeos indicaron al gobierno sionista que suavice sus métodos y evite cualquier propaganda en contra, para guardar la forma y ayudar a la política “benevolente” practicada por el presidente Barack Obama y supervisada por su secretario de Estado, John Kerry, objetos ambos de burlas por quienes apadrinan.
Al llamado de que suspenda la política de asentamientos, Tel Aviv anunció el inicio de la construcción de casi 3 000 casas para judíos en Cisjordania y Jerusalén, que se suman a otras 1 853 que acaban de ser construidas a principios de este año.
Es decir, mientras se sientan a la mesa de conversaciones con los palestinos, los sigue asesinando, incluso a sus niños; desplazan familias, cortan sus árboles de olivo y destruyen sus cosechas, les privan de agua y de electricidad, que la prensa controlada por el sionismo y el imperialismo, mayoritaria, siempre justifica.
Al mismo tiempo, prosigue la represión contra la población hacinada en la estrecha Franja de Gaza, donde el boicot sionista causa numerosas muertes y hace la vida imposible.
Asentamientos o colonias
Los asentamientos israelíes son colonias construidas por Israel a partir de 1967 en territorios conquistados durante la Guerra de los Seis Días. Se levantaron colonias en tierras pertenecientes, antes de la guerra, a Egipto, Jordania y Siria.
Si bien Israel se retiró de algunos de estos territorios en 1981 y en el 2005, la realidad es que las colonias han incrementado su número y su población, muchas veces con la expulsión de los habitantes originales y el robo de sus tierras.
Actualmente, los asentamientos se encuentran ubicados en tres áreas: Cisjordania, territorio parcialmente bajo control de la Autoridad Nacional Palestina y parcialmente bajo administración militar israelí. No obstante, hay que tener en cuenta que el 60% de Cisjordania está bajo control sionista total, y que, a finales de 2010, todavía había 99 puestos de control israelíes y 505 obstrucciones de varios tipos, que dificultaban la libre circulación de los palestinos.
Jerusalén Este, formalmente anexionada en 1980 a la capital israelí mediante la llamada Ley de Jerusalén y gobernada desde entonces según la legislación civil israelí. La comunidad internacional y las Naciones Unidas consideran Jerusalén Este como ocupada militarmente por Israel y no reconocen la anexión.
Los Altos del Golán, pertenecientes a Siria antes de la guerra de 1967, e integrados en el sistema administrativo israelí en 1981 (Distrito Norte), aunque formalmente no anexionados y pendientes de un futuro tratado de paz con Damasco, es de hecho un territorio ocupado que Israel no dejará por su importancia estratégica.
Junto a los actuales asentamientos, también existieron otros 18 en la península del Sinaí (desmantelados en 1981, tras los acuerdos de Camp David con Egipto) y 21 en la Franja de Gaza y cuatro en el norte de Cisjordania (desmantelados en el 2005, tras el hipócrita plan de retirada unilateral de Tel Aviv).
Según datos estadísticos israelíes de finales del 2011, unos 325 456 colonos viven en los 125 asentamientos existentes en Cisjordania, a los que hay que sumar los 190 423 de Jerusalén Este, no reflejados en las estadísticas. Los tres mayores (Modi'in Illit, Ma'ale Adumim y Beitar Illit) poseen el estatus de ciudad y tienen entre 36 000 y 52 000 habitantes. Existen también unos 100 pequeños, denominados outpost ("puesto avanzado" en inglés), que fueron establecidos con ayuda del gobierno israelí, pero que no son reconocidos oficialmente.
Intolerancia
También en el plano religioso, el sionismo muestra una enorme intolerancia, al proscribir por la fuerza la entrada a su territorio de misioneros cristianos, y expulsar a quienes tratan de realizar conversiones del judaísmo al cristianismo; en tanto inmigrantes judíos agreden y causan graves daños a conventos e iglesias católicas en Cisjordania y en Jerusalén.
Y si esto es con los católicos, con los musulmanes es mucho peor en la propia Jerusalén, donde les demuelen viviendas, expropian terrenos y profanan templos, entre ellos la mezquita Al Aqsa, uno de los tres lugares más sagrados del Islam.
Un informe emitido por Naciones Unidas admitió que las tropas de Israel han incrementado de manera significativa el empleo de proyectiles reales contra manifestantes civiles.
Tal hostilidad, incluida la expansión de sus asentamientos en Cisjordania, es considerada por la comunidad internacional como el principal obstáculo para materializar la existencia de dos estados soberanos, conviviendo en paz y con las fronteras anteriores a la ocupación de 1967.
Pese al actual reconocimiento por la ONU de Palestina, solo la resistencia y tenacidad del asediado pueblo lo mantiene luchando contra un ocupante tan cruel y con un respaldo imperialista sin límites, en una situación tan difícil que la mayoría considera sin salida.
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