¿La costumbre es más fuerte que el amor?

¿La costumbre es más fuerte que el amor?
Fecha de publicación: 
14 Febrero 2014
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Los acostumbrados…

«Completamente verdadero... mira, yo ya no amo a mi exmarido, pero me acostumbré a tenerlo a mi lado y eso es lo que extraño, pero ya no lo amo, la costumbre es más fuerte que el amor…», eso me asegura Lila, una elegante cuarentona ama de casa.

«Es verdad, yo creo que es precisamente la costumbre la que permite que las parejas duren toda una vida. En algún momento se acaba la pasión y la novedad de estar juntos, pero queda lo bonito, lo que la costumbre nos lleva a hacer. El extender la mano y saber que la de él está ahí para dártela, no tener que explicar las cosas porque se entienden nada más de mirar. La costumbre es lo que hace más llevaderas las relaciones cuando el tiempo pasa y uno envejece, por eso debe ser más fuerte», explica con tono de experimentada Yisel, una jovencita que cursa el doce grado.

Yana vende warapo y con sus veinte y uno ya perdió las esperanzas del amor eterno: «Es más fuerte la costumbre, porque uno se adapta a estar con las personas, las relaciones comienzan con mucho amor y pasión, pero eso después se va acabando y te queda la costumbre de que conociste bien a la persona, de que se entienden…».

«Pues la verdad es que sí, hay veces en que ya no amas o ya no quieres a esa persona, pero no quieres perderla porque te has acostumbrado a estar con ella, incluso el pelearse se hace costumbre y el ya no tener esas tontas peleas te hace sentir solo, pero no porque ames a la persona, sino porque estabas muy acostumbrado», expresa con cierta resignación el ingeniero Adrián.

Aracelys cumple sesenta este año y afirma que la vida le ha demostrado «que es más fuerte la costumbre, porque te adaptas a la persona, a su forma de ser, porque aprendes a convivir con esa persona y creas un ambiente de afinidad en los caracteres, se compensan los defectos de uno y los del otro…».

Para Maykel, un carpintero de treinta años, «la base del amor es la pasión, y la base de la costumbre es “lo mismo”; si se acaba la pasión se cae en la costumbre, por lo tanto, si tú no eres capaz de fertilizar la pasión, la costumbre sí llega a ser más fuerte que el amor».

Los enamorados…

«¡¡¡Nooooo!!! La costumbre destruye la relación, el amor la afianza; el problema es que no sabemos dónde empieza una y dónde termina el otro», afirma enérgica Mara, una joven maestra emergente.

«Qué va, mi hijita, el amor es lo más fuerte que hay, nada se le compara, ni se le parece», me alienta ese convencimiento en la voz de un anciano como Ramón, que ya rebasó las bodas de oro y sigue «loquito por su vieja».

Apurada para que no se le vayan los clientes de la cafetería que atiende junto a su esposo, Carmen tiene la pinta de la señora de las cuatro décadas de Arjona, y con aquella «amalgama perfecta entre experiencia y juventud», sentencia: «No hay nada más fuerte que el amor; cuando uno ya entra en el acostumbramiento y en la rutina, es lo peor que a una pareja le puede pasar; si uno lo cuida y lo alimenta, el amor siempre triunfa».

«No, hombre, no, cuando uno está con una mujer y se enamora de otra, pierde la cabeza y deja lo que sea, el amor manda, por lo menos así yo lo veo», respondió con desenfado Daniel, un temba que «repara zapatos y corazones rotos».

Para Javier, filósofo al fin, el asunto es más complejo: «Es más fuerte el amor, porque la costumbre es rutina, es apego, es lo mismo con lo mismo y un poco más de lo mismo, la costumbre no mueve nada, ni cambia nada, ni transforma nada, la costumbre es todo plano, chato, el amor es lo que transforma, el amor es lo que va adelante, es lo que hace que todos los días sea diferente… ¿Qué es más fuerte? En una vida insulsa, la costumbre; en una vida que tenga proyección y que vaya hacia adelante, el amor».

«Si creamos constantes momentos de amor con nuestra pareja, es decir, si alimentamos constantemente al amor con cariño y buenos momentos, el amor durará para siempre y será más fuerte que cualquier otro sentimiento, inclusive que la costumbre o el miedo». La opinión de Sandra, la doctora, me recuerda algo que me leía mi madre desde la adolescencia.

Un sabio…

«Sucede casi siempre que las relaciones que el amor comenzó, concluyen por no tener más lazo de unión que el del deber. ¿Es que la satisfacción del amor mata al amor? ¡No! Es que el amor es avaricioso, insaciable, activo: es que no se contenta con los sacrificios hechos, sino con los sacrificios que se hacen. Es que es una gran fuerza que inquieta, que requiere de grandes alimentos diarios; es que es el único apetito que no se sacia nunca».

«Hay una palabra que da idea de toda táctica de amor: rocío-goteo. Que haya siempre una perla en la hoja verde, una palabra en el oído, una mirada meciente en nuestros ojos; en nuestra frente, un beso húmedo».

Al menos para mí, José Martí tiene la última palabra, porque el amor siempre vale la pena y la costumbre causa pena, porque diga lo que diga el cancionero popular, la vida sin amor no tiene chiste.

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Comentarios

Estar enamorado es .... darlo todo por tu pareja,cada dia tener un despertar nuevo,es amarlo en silencio, y en ocasiones quererlo, celarlo,sentirte triste cuando se va, y al verlo se te olvida todo, con tan solo un beso apasionado, un abraso, una caricia.<br />La costumbre no te hace renovar nada, solos hacer tu deber casi olbligada.
Yo pienso que el amor sostiene la costumbre que se genera por vivir tantos años juntos.

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