La actriz estadounidense Mia Farrow constatará hoy la contaminación ambiental que ocasionó la petrolera estadounidense Chevron en la Amazonía ecuatoriana, donde resultaron afectados 30 mil pobladores.

La artista, reconocida a nivel mundial por su labor humanitaria, visitará el pozo petrolero Aguarico 4, situado en el cantón Shushufindi de la provincia amazónica de Sucumbíos, informó la Secretaria de Comunicaciones.

La presencia de Farrow en el país forma parte de la campaña La Mano sucia de Chevron, a la que se han sumado otras personalidades del mundo que se han solidarizado con esta nación suramericana para apoyar la lucha contra la multinacional de Estados Unidos.

Entre ellos figuran el actor estadounidense Danny Glover, la documentalista francesa Alexandra Cousteau, el cantautor español Luis Eduardo Aute, y el político francés y eurodiputado Jean-Luc Mélenchon, entre otros.

A propósito de ello, el músico y compositor británico George Roger Waters, uno de los fundadores del grupo Pink Floyd, alzó su voz contra la empresa Chevron a través de una misiva que envió el pasado sábado a sus fans en el mundo.

Texaco, ahora parte de Chevron, perforó más de 340 pozos de petróleo desde 1964 hasta 1992 y no cumplió con tomar precauciones con los residuos, contaminando enormes extensiones de la selva amazónica, expresó Roger en la carta.

Más adelante refirió que se trata de una clásica actuación de una gigantesca corporación petrolera irresponsable que utiliza su poderío para pisotear los derechos de los pueblos indígenas.

Chevron fue condenada en 2011 por la Corte de Sucumbíos a pagar nueve mil 500 millones de dólares de indemnización por los graves daños ocasonados a la Amazonía durante el tiempo en que operó en esa región de Ecuador.

La petrolera estadounidense rechaza la sentencia y ha acusado de haber cometido fraude en el juicio a los grupos indígenas que le demandaron y a sus abogados.

Según las autoridades ecuatorianas, la empresa estadounidense derramó 16,8 millones de galones de petróleo en el ecosistema, vertió otros 18,5 mil millones de galones de aguas tóxicas en los suelos y ríos, y quemó al aire 235 mil millones de pies cúbicos de gas.