HISTORIAS GUAJIRAS: En tren hasta el centro de la tierra
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Usted dirá que yo estoy medio loco, que se me ocurren cosas risibles e irreales, como esa de montar en tren para ir al centro de la tierra. Está bien, piense así. Pero no es invento mío.
No será un tren tradicional, ni de los ultramodernos. En eso concuerdo con usted, pero lo que sí no le toleraría es que dudara de que bajé por una línea férrea hasta donde funciona el corazón de la más grande hidroeléctrica que existe en Cuba.
Está en el Escambray, en el centro de la Isla, y se alimenta de las aguas del embalse intramontano Hanabanilla —también el más grande de su tipo en Cuba—, un paraje natural preñado de exóticas bellezas. Si un día puede, visítelo. Quedará fascinado o fascinada.
Aunque el potencial hídrico para la generación de energía resulta relativamente reducido en nuestro país, la Hidroeléctrica Hanabanilla genera unos 45 MW de manera estable.
Como aliciente para convertir al centro en una unidad de referencia, sus trabajadores destacan la importancia histórica de la visita que realizara a la obra Ernesto Che Guevara, en 1964, a la sazón Ministro de Industrias, durante la cual se interesó por las potencialidades existentes allí para garantizar electricidad barata y sin contaminar el medio ambiente.
Para llegar hasta allí hay que descender 348 metros por la garganta de un túnel, en una aventura que semeja un viaje al centro de la tierra. Una tenue luz acompaña al viajero durante los seis minutos que transcurren por la inclinada línea férrea hasta la Central Hidroeléctrica.
La entidad fue fundada en 1963; aunque al triunfo de la Revolución ya estaban construidas las presas principales y auxiliares, se había terminado el 90 % de las excavaciones de los túneles y el revestimiento del acceso, había sido montado el ascensor que conduce a la Central y estaban emplazados los equipos de las dos primeras unidades generadoras.
Al abandonar el país un grupo de ingenieros y técnicos de las compañías norteamericanas que ejecutaban el proyecto, trabajadores y especialistas cubanos continuaron los trabajos de construcción y montaje.
A partir de ese momento resultó muy valiosa la asesoría de especialistas checoslovacos, quienes contribuyeron a terminar y poner en marcha esas primeras unidades, capaces de generar 15 MW cada una.
En 1968 comenzó el servicio de otra unidad generadora, proveniente de Checoslovaquia, con la cual se completó la capacidad prevista.
La Hidroeléctrica está conectada al Sistema Electroenergético Nacional (SEN), y su objetivo principal es garantizar los parámetros normales de frecuencia y voltaje para que el servicio tenga la calidad requerida.
Sus máquinas siguen con mayor facilidad las variaciones producidas por alta o baja demanda, y las van compensando constantemente para mantenerlas dentro de los límites establecidos del servicio eléctrico.
UN POCO DE HISTORIA
Las centrales hidroeléctricas tienen la función de utilizar la energía potencial del agua almacenada, y convertirla, primero, en energía mecánica y, luego, en eléctrica.
Entre sus ventajas más evidentes, aparece el uso de una forma renovable de energía, que no contamina el medio ambiente.
También los costos de mantenimiento y explotación resultan bajos, las obras de ingeniería necesarias para aprovechar la energía hidráulica tienen una duración considerable, y la turbina hidráulica es una máquina sencilla, eficiente y segura.
La Central Hidroeléctrica de Hanabanilla está ubicada bajo la presa homónima, construida entre los años 1956 y 1959. El denominado lago se formó al represar los ríos Negro, Guanayara y Hanabanilla. Posee una capacidad máxima de 286 millones de metros cúbicos.
Allá abajo están las turbinas de las tres unidades, acopladas directamente a los generadores, y el comienzo del túnel de descarga de agua, que se extiende por debajo de montañas, ríos y caminos, con una extensión de cerca de 7 kilómetros, 4,5 metros de ancho, y una capacidad de más de 21 metros cúbicos por segundo.
El ajetreo humano es normal. Unos reparan, otros chequean y aseguran cada detalle del proceso. El intenso ruido lo amortiguan con aditamentos acoplados a los oídos. A pesar de las características del trabajo, el enclave exhibe limpieza y la majestuosidad de un palacio soterrado.
El trencito sube y baja constantemente. Loma arriba la aventura es tan impresionante como en el descenso. Pareciera que uno está subiendo desde el corazón de la tierra por la boca de un volcán. Y de pronto, vuelve a la realidad, al mundo de bellezas naturales que bordean al lago Hanabanilla.
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