Maestra de Catherine Murphy, testimonios sobre un sueño posible
especiales
Catherine Murphy parece cubana. Y obviamente no lo digo por su físico, sino porque habla el español de Cuba, con el “oye chico” que nos distingue y “coge” máquinas de diez pesos y le encantan los Van Van y quiere lo que queremos y siente con un corazón cubano nuestras alegrías y nuestras penas. Sobre su relación con esta isla y sobre Maestra, un excelente documental que dedicó a la Campaña de Alfabetización de 1961, conversamos con esta “americano-cubana”.
¿Cómo llegó Cuba a tu vida?
Yo me crié con mi abuela y mi tia abuela - que eran hijas de padres norteamericanos que vivieron en Camagüey. De alguna manera mi abuela nos alimentó desde la niñez con las maravillosas historias de su propia infancia que pasaron todas aquí, nos transmitió algo bello a mi hermana y a mí, un amor profundo a la isla y fue en busca de eso que yo vine a esta isla por primera vez.
¿Viniste a estudiar?
Llegué en el año 1992 con la idea de investigar sobre la historia de mi familia, y terminé matriculandome en la Universidad de La Habana. Era un momento de muchos retos en Cuba, el comienzo del período especial, y me interesó lo que estaba pasando. O sea, quería investigar la historia de mi abuela, pero también investigar la Cuba de aquel momento.
Realmente desde el primer día de tocar tierra acá, me sentí muy en casa, todo me resultó tan familiar, quizás porque mi abuela y mi tía abuela eran tan cubanizadas… descubrí que eran más cubanas de lo que yo sabía. La gente me parecía similar a ellas, el acento criollo… y tan entregados a la vida. También esos primeros años aprendí lo que es enfrentar una crisis pero contando con todos y que hay otras maneras de construir una sociedad y eso me fascinó.
¿Por qué el tema de la Campaña de Alfabetización para tu principal trabajo sobre Cuba?
Realmente, he trabajado en decenas de proyectos lindos de colaboración entre nuestros dos países, pero muchas veces en papel de productora. Al lanzar una obra propia donde uno toma las decisiones creativas, estéticas, editoriales, narrativas, ya es otra cosa completamente… y me ha encantado.
El documental Maestra fue muy personal, porque fue inspirado por un grupo de amigas acá. Es decir, en vez de acercarme al tema de la alfabetización y después buscar los testimoniantes, fue totalmente al revés. En la etapa que estudiaba aquí conocí un grupo de mujeres cubanas impresionantes, por los trabajos y proyectos que hacen en la Cuba de hoy – y otras por ser madres o abuelas de mis amigos, que habian sido alfabetizadoras cuando adolescentes. Todas me decían que alfabetizar era lo más lindo que habían hecho en sus vidas. Al principio me era difícil entender cómo alguien que ha hecho tantas cosas en la vida señalaba aquel momento como la más importante, y quise profundizar… pero fui ententiendo con los testimonios… y sentí la necesidad de compartirlo.
Inicialmente pensé en un corto de 10 minutos, pero vi que estaba desenterrando un tesoro. La Alfabetización es un tema tan cercano para los cubanos, pero para mí era totalmente desconocido. Y enfocarme en las mujeres fue muy especial - alfabetizar en edades tan tempranas cambió su manera de ver el mundo, de ver a su país y de verse a sí mismas. los testimonios y las anécdotas eran tan increíblemente bellas e inspiradoras y tan relevantes para el mundo de hoy, que está enfrentando muchos retos de toda índole: humanos, éticos, espirituales, que estas historias tienen algo importante que enseñarnos a todos. Entonces se fue creciendo y creciendo y así nació Maestra.
¿Y a ti cuánto te cambió el intercambio con estas mujeres?
Como realizadora, me afirmó la convicción de la importancia de la memoria histórica y el papel de los seres humanos en la historia. Una de las lecturas de estos testimonios es que la verdadera felicidad se encuentra más en dar que recibir. La felicidad es más grande cuando tiene que ver con el bienestar de todos, no yo por encima de ti. Y el hecho de que estas adolescentes, a tan temprana edad, dieron algo tan sencillo, pero tan grande y profundo e importante para la vida de los demás, les cambió. Y es precisamente a eso que se refieren cuando dicen que alfabetizar fue la cosa más importante que han hecho. Igual dicen que ellas son las que más aprendieron.
Y cuando le das una mirada de género, la importancia que tuvo para ellas ver que podían hacer, dicen que era la primera vez que se sentían fuertes, autónomas, libres, independientes, capaces y eso era importante, muy importante para ellas como personas, pero también para Cuba. Quizás se puede ver como un antes y un después en la vida de las mujeres cubanas. Pero la mitad de los alfabetizadores eran hombres, eran varones y fue una vivencia profundamente transformadora para ellos también por la importancia de dar, esa belleza de poder sentarse todas las noches con una persona mucho mayor que tú y explicarle, ayudarle, asegurarte de que sabe agarrar un lápiz, que sabe el abecedario, enseñarles a escribir su nombre, a firmar, enseñarles que viven en una isla, que el mundo es redondo, eso le cambia la vida a cualquiera y tengo varias entrevistas grabadas preciosas con hombres cubanos, incluido Silvio Rodríguez, que alfabetizó con 13 ó 14 años. Era un reto pedagógico, pero también un reto humano, existencial en algunos casos…
¿Maestra es una producción independiente?
Si, Maestra es una producción independiente, en el sentido que no hay una compañia productora, ni una televisora detrás. Para los rodajes nos apoyamos mucho el ICAIC, el Museo de la Alfabetización y con un pequeño equipo de realización cinematográfico, con la participación de profesionales maravillosas del cine cubano como Roberto Chile e Iván Nápoles, el camarógrafo clásico de Santiago Álvarez, que además filmó la Campaña original en su momento. Fue un lujo trabajar con ellos dos y muchos otros más. La edité en Estados Unidos.
¿Cómo ha sido recibida la obra acá?
De alguna manera cuando comencé aquí no todo el mundo entendía el deseo de hacer un documental sobre la Campaña de Alfabetización, porque es tan conocida ya en Cuba. Mucha gente me preguntaba por qué hacer una historia de 50 años atrás cuando hay tantas cosas interesantes en la Cuba de hoy. Filmar algo tan conocido, un tema que ha sido bastante tratado… pero quizás por venir de otro contexto y tener una mirada diferente, y también por enfocar en profundamente testimonial, humana, sentimental de la historia, ha sido un aporte distinto. Me siento muy feliz que en los momentos que se ha presentado en Cuba, la gente - y las generaciones actuales –me agradecen la obra. También porque la entienden como su historia pero es una mirada distinta.
¿Y fuera de Cuba?
Ya se ha mostrado en veinte, treinta, ni sé cuántas universidades en Estados Unidos el documental, invitado por la Cátedra de la mujer, el Departamento de Estudios Latinoamericanos o Departamentos de Educación y los maestros y los profesores me lo piden porque entienden que tiene lecciones o aplicaciones importantes para los temas que ellos tratan. Es una obra bastante sencilla, muy humana, hecha sin grandes pretensiones y quizás por eso mismo llega a la gente. hay un vínculo directo entre lo que pasó en 1961 y lo que pasa hoy, entre la metodología que creó Cuba y que se está aplicando en tantos países, en tantos idiomas también, hasta en Canadá, en Nueva Zelanda en inglés, en los idiomas originarios…
Se pasó en Naciones Unidas para los eventos por el día internacional de la mujer y la reunión de la comisión internacional del status de la mujer que se celebró ahora en Nueva York, había un evento paralelo, en el marco de esta reunión hubo un evento paralelo frente por frente a la ONU, es decir, las naciones se reunieron y las ONG que trabajan el tema de la mujer también reunidas, vinieron 6 mil mujeres y hombres de todo el mundo para discutir estos temas y fuimos invitadas para participar con Maestra, lo cual fue un honor y un privilegio.
La cinta se ha presentado en 30 festivales de cine, 25 universidades, incluyendo Harvard, Stamford, la universidad de Oxford en Inglaterra… y se está usando en varios cursos universitarios en diferentes partes de EEUU, lo cual asegura que esta historia sobre cuba no se olvida.
¿Cuál sería el próximo paso de Maestra?
Seguimos coleccionando testimonios con la idea de hacer un archivo y esperamos colocarlo en el Museo de la Alfabetización en Ciudad Libertad, con las transcripciones originales. Además, tendremos que enfocarnos más en que llegue a Latinoamérica y hacer un corte de un largo televisivo, pues hay un cierto interés en la televisión pública de Estados Unidos para pasar la obra.
También vamos a comenzar a convocar una serie de diálogos y debates sobre las lecciones de la Campaña, principalmente con educadores en los Estados Unidos, diálogos sobre educación utilizando la película como chispa de abrir un debate. Hemos tenido un par de experiencias y la gente se queda fría, no lo pueden creer. A ti te puede conmover como cubana, pero no te va a sorprender, porque es una cosa entre millones que se han hecho aquí, pero fuera de aquí los pedagogos, las personas que lo ven se estremecen, y entonces como que empiezan a pensar distinto de su propio contexto, cambia su visión sobre lo posible y eso lo necesitamos para vivir.
¿Cómo resumirías entonces la visión que propone Maestra sobre la Campaña cubana de alfabetización?
Se trata de documentarlo y conceptualizarlo como uno de los momentos pico en la historia social de Las Américas, no es menos y con una relevancia muy particular en el papel de los jóvenes en cambiar la historia, en el papel de la mujer en los procesos históricos, y en las transformaciones sociales. Pero también de que la alfabetización es un problema global de enorme magnitud sin resolver, bastante invisible, bastante desconocido y muchas veces se analiza muy individualizado, es increíble para cualquier país pensar que se puede realmente, que es posible educar a todos.
¿Y Cuba? Después de conocerla, de vivirla, de disfrutarla y sufrirla incluso en sus peores tiempos ¿Qué es Cuba en ti?
Es una relación del espíritu más que todo. Este es un país increíble, lleno de seres increíbles, que viven muy conscientes de sus sueños y luchan por ellos. Hay un humanismo muy fuerte, hay una pasión muy inmediata en todo, en la música, en todo. La gente tiene un vínculo muy cercano con su historia, la historia está muy viva y eso es hermoso. Yo creo que yo soy muy diferente y que veo la vida de una manera diferente por los años que yo viví aquí y por lo que sigo viviendo aquí…
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