InTimE, en casa del trompo
especiales
No son muy habituales en Cuba espectáculos como InTimE, la línea de danza de la mayoría de nuestras compañías es mucho más diáfana, convencional si se quiere. El coreógrafo húngaro Pál Frenák presentó con su compañía esta obra en La Habana (sala Covarrubias, del Teatro Nacional) y la suerte es que entre el público estaban muchos de nuestros coreógrafos y bailarines: fue una oportunidad para tomar el pulso a la danza que se hace ahora mismo en Europa.
Porque InTimE, evidentemente, tiene mucho que ver con las marcas de algunos de los coreógrafos que revolucionaron el arte en Europa en la segunda mitad del siglo XX. Hay una ruptura evidentísima con la tradición más clásica, la danza no pretende ser “hermosa”, sino expresiva. Las secuencias son arduas, incluso agresivas. Hay una fuerte vocación simbólica que no resulta a todas luces diáfana. Pero el entramado se plantea con enfática intensidad. Tal parece que a los bailarines-personajes les va la vida en el ejercicio.
En InTimE se suceden varios cuadros, delimitados por apagones. Los bailarines asumen relaciones contradictorias sobre el escenario: encuentros, repulsiones, diálogos más o menos íntimos, tropiezos, cúpulas… Cada cuadro encierra un sentido singular, autosuficiente en sus implicaciones, en la “historia” que narra. Los intérpretes —en excelente forma— son piezas de un discurso oscuro, que bien pudiera ser radiografía de conflictos personales o sociales, o manifestaciones oníricas… o sabe dios. Lo cierto es que la danza se sostiene en una dramaturgia propia, que instaura códigos y ámbitos.
InTimE se presentará este jueves en el teatro La Caridad, de Santa Clara, en el contexto de la IX temporada Bailar en casa del trompo, que tiene como sede a esa ciudad.
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