Espionaje de la NSA llega a la Corte Suprema de EE.UU.

Una petición del Electronic Privacy Information Center (EPIC ) será considerada por los magistrados del Supremo que decidirán si van a darle curso al desafió legal.

EPIC solicita anular el programa de la NSA para recopilar registros de todas las llamadas telefónicas en el país.

Según el diario digital The Hill, el tribunal es probable que anuncie hoy si va a asumir la demanda. En la mayoría de los casos, cuatro jueces deben votar para darle curso a un asunto.

Otras organizaciones estadounidenses de derechos civiles como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y la Fundación Electronic Frontier se manifstaron contra el espionaje telefónico de la NSA, pero el desafió de EPIC es el único en ir directamente a la Corte Suprema.

La demanda plantea que el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISC) excedió su autoridad al conceder el permiso NSA para recoger los registros de llamadas de forma masiva.

Según la Sección 215 de la Ley patriota, la agencia estadounidense solo estaría autorizada a espiar comunicaciones contra usuarios que estén vinculados a actividades terroristas, justificación usada por las autoridades para recoger informes de millones de estadounidenses.

El demandante argumenta que al permitir la masividad de acceso a los registros de personas que no tienen ningún vínculo con el terrorismo, el tribunal actuó fuera de su propia jurisdicción.

Expertos señalan que el grupo demandante enfrentará un escabroso camino en el máximo órgano judicial, pues primero deben demostrar que no pueden obtener un resultado adecuado de otro tribunal del país.

Abogados querellantes insisten en que hay una circunstancia excepcional luego que durante siete años FISA emitió ordenes judiciales secretas basadas en una interpretación de la ley federal que la mayoría de las personas estiman no son correctas.

Recientemente, el representante Jim Sensenbrenner (R-Wisconsin), autor de la Ley Patriota, negó que esa norma tuviera la intención de dar a la NSA el poder de recaudar indiscriminadamente millones de registros telefónicos de Estados Unidos.

Sensenbrener en la actualidad trabaja en una iniciativa para poner fin a ese programa de espionaje e incremente la supervisión de la NSA, aunque otros legisladores plantean endurecer la protección de la privacidad aunque en determinados casos favorecen los controles masivos de teléfonos.