El texto figura al inicio de un libro de bautismos de blancos, indios, pardos y morenos, en buen estado de conservación, procedente de la Iglesia Parroquial Mayor —hoy Catedral Metropolitana—, y en la actualidad archivado en el Arzobispado de Camagüey.

Al ofrecer la noticia a la AIN, la historiadora Amparo Fernández Galera subrayó que el tomo fue habilitado tras cesar la ocupación de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, nombre primitivo de la localidad.

Entre los cuantiosos daños que provocó el asalto, se incluyó un incendio parcial que destruyó documentos eclesiásticos, entre otros bienes.

La referencia relativa al hecho inserta datos como el jueves 29 de marzo de 1668 —día inicial de la agresión— y la presencia de 700 invasores.

Fernández subrayó que esa alusión sirvió para indicar la inexistencia de registros anteriores de bautismos.

Suscrito por el sacerdote Lope Recio de Zayas, el primer bautizo asentado en el libro data del dos de mayo del citado año, y alude a Bartolomé Muñoz de Lagos, hijo de Bartolomé y María.

Añadió que los registros de bautizos, matrimonios y defunciones de la villa tienen varias etapas suprimidas, por causas como los incendios de 1616 y 1668.

El más antiguo documento de carácter civil conservado en la ciudad es un protocolo del período 1627-29, de Silvestre de Balboa, escribano del cabildo y autor del poema Espejo de paciencia, considerado la primera obra de la literatura cubana.

Nacido en 1635 en Gales, Reino de Inglaterra, Henry Morgan realizó su primera operación a gran escala con el asalto a Santa María del Puerto del Príncipe, donde con sus huestes permaneció desde el jueves 29 de marzo hasta el domingo primero de abril de la semana santa de 1668.

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