Washington, atascado en quinto día de cierre del Gobierno

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Washington, atascado en quinto día de cierre del Gobierno
Fecha de publicación: 
5 Octubre 2013
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Washington entró el sábado en su quinto día de cierre parcial del Gobierno sin un final a la vista incluso a medida que se avecina un conflicto aún más grave en torno a la capacidad de gasto del país.

 

La Cámara de Representantes se preparaba para una sesión el sábado en la que no se esperan avances ni sobre la parálisis federal ni sobre elevar el techo de gasto de la nación de 16,7 billones de dólares.

 

El Congreso debe actuar antes del 17 de octubre para evitar el impago de la deuda del Gobierno.

 

El presidente Barack Obama dijo que no espera tener que tomar ninguna medida inusual para evitar el impago de deuda porque cree que el Congreso elevará el techo de la deuda antes de la fecha límite.

 

"No espero llegar ahí", dijo Obama en una entrevista con Associated Press publicada el sábado. "Al menos hubo ayer algunas citas de que el presidente (de la Cámara de Representantes), (John) Boehner, quiere asegurarse de que no caemos en impago", dijo.

 

Pero el republicano Boehner intentó el viernes desmentir las informaciones que señalaban que podría facilitar la vía de la elevación del techo de gasto, diciendo que su partido seguiría insisitiendo en que los recortes presupuestarios son una condición para ello.

 

Sobre el cierre federal, Boehner dijo que los republicanos seguían firmes en que no votarían un proyecto de ley de gastos exento de condiciones, es decir, uno que no contemple el retraso de la implementación de la reforma sanitaria del presidente Barack Obama.

 

El Partido Republicano exige una paralización, o al menos un retraso, en la implementación de la reforma de la salud, denominada "Obamacare", como condición para convocar una votación viable sobre presupuesto que permita una reapertura del Gobierno.

 

El intercambio de seguros sanitarios de Obamacare comenzó el 1 de octubre, lo que hace más difícil para los republicanos su postura de terminar con algo que ya ha comenzado.

 

Aunque hay funciones esenciales del Gobierno que se mantienen, como la seguridad nacional o el control del tráfico aéreo, los efectos económicos y políticos del cierre se amplifican mientras los cientos de miles de funcionarios federales sigue en casa y sin cobrar.

 

Las negociaciones sobre comercio están paralizadas y hay dificultades hacer cumplir las sanciones contra Irán y Siria.

 

"Que no se confunda este episodio momentáneo de la política estadounidense como algo más que un momento político", dijo el secretario de Estado del país, John Kerry, a periodistas en una conferencia en Bali con líderes de la región de Asia-Pacifico el sábado.

 

"Nada reducirá nuestro compromiso con Asia... Seguiremos cumpliendo nuestra responsabilidad y compromiso en todo el mundo", dijo Kerry, que sustituye a Obama después de que cancelase su viaje a Asia.

 

La Cámara de Representantes aprobó el sábado de manera unánime un proyecto de ley que pagaría retroactivamente a 800.000 empleados públicos una vez que termine la paralización del Gobierno.

 

BAJO ESTADO DE ÁNIMO

 

Los nervios y a veces el humor se perdían el viernes tras varias semanas de largas sesiones en el Congreso con posturas inmóviles.

 

"No es un maldito juego", declaró un exasperado Boehner en una conferencia de prensa en respuesta a un artículo del Wall Street Journal que citó a un funcionario de la Casa Blanca diciendo que los demócratas estaban "ganando" la batalla.

 

En tanto, Obama reiteró que tiene voluntad de negociar con los republicanos, pero dijo que no pueden hacerlo "con un arma apuntando a la cabeza de los estadounidenses".

 

"No hay ganadores cuando hay familias que no tienen certeza de si se les va a pagar o no", señaló Obama a periodistas cuando fue a almorzar a un sitio en Washington que ofrecía descuento a los trabajadores licenciados.

 

El cierre comenzó el martes cuando la Cámara de Representantes rechazó la aprobación de una ley para financiar al Gobierno a menos que incluya medidas para retrasar o reducir la financiación de la medida insignia sanitaria de Obama.

 

POSIBLE MANIOBRA

 

Los demócratas de la Cámara estaban considerando usar una maniobra que podría forzar una votación para reanudar las operaciones del Gobierno de inmediato.

 

El plan incluiría una petición que desplazaría una ley existente de un comité y la enviaría al pleno de la Cámara si una mayoría simple de representantes firman la petición.

 

Tal movimiento llevaría una semana, según el demócrata George Miller. El voto no se produciría hasta el 14 de octubre, que es festivo.

 

Otra demócrata, Louise Slaughter, pidió a los 22 republicanos moderados de la Cámara que ayuden a acabar con el cierre con sus votos.

 

TÁCTICAS PARTIDISTAS

 

Ante la ira pública por la paralización gubernamental, la Cámara de Representantes ha adoptado una estrategia de votar por medidas específicas para financiar a agencias federales populares, como la Administración de Veteranos, el Servicio de Parques Nacionales y los Institutos Nacionales de Salud, que ahora están parcialmente cerrados.

 

Los republicanos saben que ni el Senado controlado por los demócratas ni Obama aceptarán esa propuesta, pero les permite acusar a los demócratas de trabajar en contra de los intereses de veteranos, parques nacionales y pacientes con cáncer.

 

El líder de la mayoría republicana, Eric Cantor, dijo que la Cámara de Representantes votará el sábado una medida para pagar a trabajadores federales durante la paralización, que ha dejado inactivos a cerca de un millón de empleados.

 

Los demócratas, en tanto, exigen la aprobación de un amplio proyecto de ley de presupuesto.

 

Los republicanos de la Cámara de Representantes comenzaron el jueves a preparar 11 proyectos de ley más para financiar a programas específicos.

 

Ante la proximidad de una gran tormenta a la costa del Golfo de México, también han considerado una renovación temporal de la ayuda ante desastres.

 

La Cámara de Representantes probablemente discutirá esos proyectos de ley en los próximos días, aunque no todos a la vez. Los demócratas han rechazado la estrategia de ir aprobando medidas específicas y Obama ha dicho que las vetará.

 

La paralización y la posibilidad de un desacuerdo prolongado sobre el límite de la deuda estadounidense han llevado a varias grandes empresas a emitir alertas.

 

El presidente ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson, dijo en un comunicado el viernes respecto a la posibilidad de una suspensión de pagos que "sería la cúspide de la irresponsabilidad para cualquier funcionario público considerar dicho curso. De hecho, incluso la discusión de una moratoria presenta gran riesgo para nuestra economía y nuestro país".

 

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