Azules en Miami: historia real y pendiente

Azules en Miami: historia real y pendiente
Fecha de publicación: 
28 Agosto 2013
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Ha subido al podio en 26 ocasiones de las 52 serie nacionales, con 12 coronas, nueve subtítulos y cinco terceros lugares, lo que la convierte en la escuadra más premiada en nuestros clásicos, en tanto su historia está atravesada también por la mayor cantidad de jugadores emigrados, no todos con éxito en ligas profesionales foráneas.

Debemos recordar que el nombre apareció en la serie regional occidental de 1961, pero no fue hasta el 10 de febrero de 1963 que irrumpe en las Series Nacionales con el título de ese año. Desde entonces una estela de triunfos y derrotas, locuras e infartos, amores y celos han acompañado a la formación que para muchos significó una cierta continuidad con los “Azules del Almendares” de la liga profesional cubana.

Para celebrar los polémicos 50 años de creado ese equipo, una iniciativa del empresario Alejandro Cantón, presidente de la organización Somos Cuba, con sede en Miami, permitió que desde el pasado 12 de agosto se encuentran en ese territorio 10 veteranos de los llamados “azules”.

Pedro Medina, Juan Padilla, Enrique Díaz, Javier Méndez, Armando Capiró, Antonio González, Lázaro Vargas, Armando Ferreiro, Lázaro Valle y Rey Vicente Anglada fueron invitados a jugar tres encuentros en Tampa (jugaron 23 y 24) y cerrarán con dos más el 31 en la controvertida urbe floridiana, contra figuras de los propios Industriales u otras que salieron del país por diferentes vías y residen en Estados Unidos o en otras naciones.

El intercambio no tiene relación alguna con el INDER ni el gobierno cubano, en tanto responde a los nuevos tiempos que corren de acercamiento, respeto y lazos de amistad, más allá de la diferencia ideológica y las decisiones de vida de cada quien. Incluso, fueron invitados más peloteros: Pedro Chávez, Rolando Verde, Lázaro de la Torre, Carlos Tabares y Germán Mesa, pero razones personales o de trabajo limitaron la lista a estos diez.

La algarabía mayor comenzó precisamente cuando recalcitrantes enemigos de la Revolución criticaron el proyecto al no poderlo convertir en otro instrumento de sus campañas, aunque repitieron sus espectáculos de un buldózer pasando por encima de guantes y bates, así como entrevistas provocativas y políticas –en lugar de deportivas— en diarios, emisoras radiales y cadenas de televisión. 

Como si no bastara, acusaron de comunistas a  todos, aunque Javier Méndez y Juan Padilla fueron blanco de las mayores amenazas por el incidente ocurrido en los Juegos Panamericanos Winnipeg 1999, cuando un mercenario interrumpió un juego de la selección nacional con un cartel provocador, al tiempo que presionaron para que la Universidad Internacional de la Florida no sirviera de sede a los partidos iniciales, previstos para el 10 y 11 de agosto.

Lejos de valorar lo positiva o desacertada, lo valiente o incómoda de esta idea, lo importante ha sido el ambiente beisbolero y cordial que ha rodeado esta visita, sobre todo entre los veteranos peloteros visitantes y sus anfitriones, así como el reencuentro con miles de aficionados de Industriales.

Quizás, la deuda pendiente quede, en medio de las celebraciones que han organizado las autoridades deportivas y políticas, con el estadio Latinoamericano y su afición, cuartel general de ese equipo, donde pudiera organizarse en la próxima Serie Nacional —ya que no se hizo en febrero del 2013— la celebración más merecida por esas cinco décadas de vida y éxitos.

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