Preguntas a Mario Díaz Balart

«Insto a las autoridades de Bahamas a que no devuelvan a los ciudadanos cubanos actualmente bajo su custodia a la dictadura cubana, conocida por su brutalidad», señaló en un comunicado.

El legislador republicano también advirtió al gobierno de esa isla caribeña que, si por fin los devuelven a su lugar de origen, «tendrá que asumir la responsabilidad por los abusos que sufrirán».

Díaz-Balart insinuó este viernes su disposición a trabajar con Bahamas y el Departamento de Estado en busca de soluciones a los temas migratorios que afectan al primero.

Aunque, puntualizó, esa solución no puede incluir repatriar «a los asilados que arriesgaron sus vidas para escapar de la opresión».

¿Cuánto de credibilidad merecen esas palabras de Mario Díaz-Balart? Cero, o en el mejor de los casos, media onza si se atreve a responder determinadas preguntas.

En primer lugar, ¿cuál fue la verdadera causa de la renuncia en 2010 de su hermano Lincoln al puesto que ocupaba en la Cámara de Representantes?

Le ayudo. Busque en el blog Escándalos en Miami, julio 11 de 2011, que empieza diciendo: el motivo de su renuncia no fue, entre otras cosas, «para dedicarme enteramente a luchar contra la dictadura castrista».

Y prosigue: la verdad está en una empresa del complejo militar-industrial, llamada Mark Two Engineering, situada al este de Hialeah, en la Florida, que produce accesorios militares.

Lincoln, agrega ese texto, desde su puesto en el Congreso logró un nuevo y jugoso contrato para esa firma, y en tal ventajosa situación «exigió a sus directivos que pusieran en nómina a su esposa, Cristina Díaz-Balart, con 200 mil dólares de salario anual».

Esa jugada le costó a Lincoln su puesto en la Cámara de Representantes, «según nos reveló Miguel Otero, ayudante personal de su hermano Mario», también congresista por la Florida.

Otero además confirmó al citado blog, Escándalos en Miami, la versión que de manera anónima le habían hecho llegar desde la Mark Two Engineering. ¿Se atrevería Mario a negar todo eso?

Con anterioridad explotó uno de los casos que conforman el largo historial delictivo del congresista, más exactamente a principios de enero de 2006. ¿Qué sucedió entonces?

Lo narró el sitio Newsgroups Derkeiler.com: El congresista cubano-americano Mario Díaz-Balart «aceptó 10 000 dólares de un fondo del exlíder republicano de la Cámara Baja, Tom Delay», implicado en «un enorme escándalo de corrupción».

Agregó que los hermanos Díaz-Balart, mediante artimañas, le hicieron llegar otros 5 000 dólares a quien abandonó su escaño «bajo acusaciones de corrupción, lavado de dinero y financiamiento ilegal electoral».

En tiempos más cercanos, Mario estuvo muy ligado a gente como el excongresista republicano David Rivera, hoy máxima expresión de lo peor del Congreso de Washington.

Ilustre legislador por Miami, ¿cierto o falso?