Carro de Thepsis: teatro callejero realza patrimonio en Cuba

Carro de Thepsis: teatro callejero realza patrimonio en Cuba
Fecha de publicación: 
25 Julio 2013
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Como piezas en un gigante tablero de ajedrez, las esculturas vivientes del proyecto teatral El Carro de Thepsis interactúan en el paisaje urbano del centro histórico de la ciudad cubana de Cienfuegos, Patrimonio de la Humanidad.

 

Las representaciones mediante la técnica del estatismo comenzaron en diciembre último de manera coyuntural, como parte del programa de un encuentro nacional de ciudades patrimoniales, pero la aceptación popular demandó su permanencia, comentó a Prensa Latina el director del grupo, Liván Rodríguez.

 

Pensé que iba a ser algo efímero y ahora me pregunto cuándo vamos a parar, añadió quien nueve años atrás fundara El Carro de Thepsis, homenaje al primer actor griego que rebelado contra los cánones de la época ejerció la juglaría por los pueblos de antigua Hélade.

 

Comoquiera que las esculturas vivientes constituyen algo usual en muchas urbes del mundo, Rodríguez se apresura en subrayar el sello característico de los 25 personajes incorporados ya por su proyecto a la vida cotidiana de Cienfuegos, 250 kilómetros al sudeste de La Habana.

 

Nuestros personajes surgen de la ciudad misma, pues distinguen a personalidades de la historia y la cultura local, muchos de los cuales no cuentan con una escultura de mármol de Carrara o siquiera un modesto busto de bronce, manifiesta el líder del grupo formado por nueve actores.

 

Y avala sus palabras con los ejemplos de Luisa Martínez Casado (1860-1925), considerada la mejor actriz del siglo XIX cubano y una de las principales de América, y Arquímedes Pous (1891-1926), el clásico negrito del teatro bufo nacional; ambos nacidos en Cienfuegos y ahora representados en el gran escenario de sus calles rectas.

 

En el caso de Luisa no se había sido justo con ella, y ahora es uno de los personajes que más nos distingue por su repercusión en el público. La foto escogida para diseñarla la dignifica. La gente le dice La Reina o la sincretiza al llamarla también Santa Bárbara, Shangó en el panteón yoruba, expone Rodríguez. Otra fuente de inspiración para El Carro de Thepsis son los tipos populares, salidos del más puro costumbrismo local, al igual que las personalidades surgidas a partir de las investigaciones históricas del equipo de la Oficina del Conservador de la Ciudad.

 

Tal es el caso de La Aguadora, vinculada al hecho real de la escasez del líquido vital que afectaba en sus primeros tiempos a los pobladores de la colonia Fernandina de Jagua, núcleo original de la actual Cienfuegos, fundado el 22 de abril de 1819.

 

Además, el montaje está inspirado en un poema de Florentino Morales (1909-1998), historiador de la ciudad, y por su vestimenta azul los espectadores la relacionan con Yemayá, otra deidad yoruba.

 

El Fotógrafo, La Campesina, La Florista, El Pirata y El Moro (emigrante que antes de 1959 se dedicaba al comercio ambulante) son algunas de esas figuras del pasado o la cotidianidad cuyas puestas en escena cumplen uno de los presupuestos artísticos del colectivo, apropiarse de las costumbres y llevarlas a la ficción.

 

Recogedoras: el aplauso del público

 

En correspondencia con el principio formulado por el dramaturgo cubano Albio Paz cuando precisó que "la calle no es del actor, es del paseante y se necesita respeto", trabajan los integrantes de El Carro de Thepsis.

 

Representar en la vía pública rompe la dinámica de ese entorno, entonces es preciso respetar más al publico que en el interior de una sala de teatro, coincide Liván Rodríguez.

 

Muestra del reconocimiento ganado en poco más de un semestre de labor fue la familia de la oriental ciudad de Las Tunas, distante a más de 400 kilómetros, que hace poco vino expresamente a la llamada Perla del Sur a ver el desempeño de estos juglares.

 

El director insiste en que el proyecto funciona sin ánimo de lucro y el empleo de recogedoras (especie de recipiente en el cual el público deposita sus contribuciones espontáneas) además de constituir una práctica internacional es la forma de hacerlo sostenible.

 

Cada recogedora tiene que ver con la dramaturgia diseñada para el personaje, así la del pescador es un pez y la de Arquímedes Pous un adoquín, pues el comediante acostumbraba a transitar por la única calle de la ciudad que preserva ese tipo de pavimento.

 

Las recogedoras son el aplauso del público, el reconocimiento, en ellas personas cristianas depositan mensaje propios de sus creencias, un repartidor de periódicos coloca el diario de la mañana y los niños lo mismo un caramelo, una pequeña piedra o granos de chícharos con que suelen alimentar las palomas del parque Martí, apunta Liván.

 

Textura de las piezas y sicología del color

 

La mejor manera de demostrar a algún incrédulo que lo que hacen es teatro será el estreno de la obra María Antonia, un clásico de la dramaturgia cubana del siglo XX, en ocasión del Día de la Cultura Nacional, el 20 de octubre próximo.

 

Como la pieza aborda el tema de la marginalidadel grupo escogió como escenario la calle Casales, del centro histórico, famosa antes de la Revolución por la conglomeración de prostíbulos en la zona próxima a los muelles.

 

Además de dignificar ese espacio, con la puesta en escena recordarán la existencia allí del teatro Shangai (pornográfico) en un edificio de la ciudad patrimonial que ya desapareció.

 

En la textura de las piezas y la sicología del color radica el presupuesto artístico del proyecto, que se presenta además en la cercana villa colonial de Trinidad, también Patrimonio Mundial y muy próxima a la celebración de su quinto centenario, apunta el director.

 

Para Iliana Ferriol, subdirectora de relaciones públicas de la Oficina del Conservador de la Ciudad, resulta muy llamativo el trabajo por El Carro de Thepsis de la escultura (viviente) a partir de la escultura (real).

 

Tal fue la experiencia con una serie de estatuillas de cerámicas catalanas, alegóricas al Comercio y la Industria, entre otras actividades, rescatadas de un edificio del centro histórico

 

Para Liván Rodríguez resulta en extremo importante haber contado con el aliento y la experiencia de grupos que iniciaron el camino de este tipo de arte callejero en la Isla, los habaneros Giganterías y HK y el De Morón Teatro, de la villa de Morón en la central provincia de Ciego de Ávila.

 

Valoran también de ese modo las experiencias que han tenido con públicos muy especiales ante los que han presentado su quehacer artístico: el jurado del premio Casa de las Américas o un grupo de turoperadores asistentes a la última Feria Internacional de Turismo Cuba-2013.

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