El papa Francisco recibió hoy las llaves de esta urbe en una ceremonia en la Prefectura municipal y bendijo las banderas de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río de Janeiro 2016.

El pontífice conversó brevemente con deportistas y autoridades municipales, destacó que los Juegos Olímpicos son el mayor competencia deportiva mundial y la Iglesia Católica mira a este evento con gran simpatía.

Poco después abordó el auto con destino a la favela de Varginha, en el barrio de Manguinhos, donde fue recibido por miles de fieles.

Francisco se trasladó hasta Varginha en el papamóvil, sin cristales antibalas, rodeado de agentes de seguridad y bajo una pertinaz llovizna que obligo a los peregrinos a utilizar sombrillas y capas para protegerse de la lluvia.

Según la agenda del Vaticano, el santo padre caminará por este barrio pobre de Río, conversará con residentes y hablará a miles de pobladores en una cancha de fútbol.

La visita está precedida de tareas de saneamiento de la favela, conocida también como la Franja de Gaza carioca, por las autoridades municipales, que taparon los agujeros de la calles y pintaron fachadas de viviendas.

Obispos y asesores del Vaticano se mostraron favorables a que el papa camine por una favela pacificada por las tropas policiales y el Ejército, tal como lo hizo Juan Pablo II en 1980.

Se prevé asimismo que el santo padre se reúna en horas del mediodía con cinco mil fieles argentinos en la Catedral Metropolitana de Río de Janeiro.

"Sera para un saludo, un acto un poco improvisado. (El papa es argentino) Pidió la reunión para ver a los jóvenes argentinos ", señaló Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.