Se nos fue la Liga Mundial, ¿y ahora?

Otro partido en el que los errores técnico-tácticos siguieron vinculados más a la juventud e inexperiencia de su plantel, que a la calidad del rival, aunque justo decir que los iraníes han dado un salto notable en esta disciplina.

La película del cierre en el Coliseo de la Ciudad Deportiva dejó parciales 25-22, 20-25, 18-25 y 22-25, aunque lo más llamativo fue otra vez la reacción visitante frente a un equipo que brilla por momentos y luego cae en un abismo del que no lo saca nadie, ni el consejo más directo de sus entrenadores o el cambio más efectivo de algún jugador.

Así se evidenció después de un primer parcial en el que dieron un recital de bloqueos (7) y luego no pudieron hilvanar una cadena ganadora con pases demasiados nobles y predecibles, poca participación de los atacadores auxiliares, así como poca efectividad en los contraataques, en tanto el bloqueo y el servicio dejaron de ser armas visibles para marcar puntos.

 
Con estos truenos es difícil imponerse en el voleibol moderno, aunque estemos enfrentando a un conjunto como el iraní, dirigido por un excelente conocedor como Julio Velasco y que tuvo resultados ya en la categoría juvenil. “Supimos aprovechar todo lo que nos dejó Cuba con sus errores. Era un match muy importante para nosotros y salimos airosos”, fueron las palabras finales de su entrenador.

Sin embargo, la lección más trascendental de esta Liga Mundial para Cuba es que no se ajusta al nivel real de nuestra escuela de voleibol. Estos muchachos que ahora ganaron un partido contra los campeones olímpicos de Rusia y cedieron nueve veces son, en su mayoría, jóvenes voleibolistas acelerados para este certamen, en tanto los pocos de más madurez no eran regulares en otros tiempos, con excepción de Rolando Cepeda y el líbero Keibel Gutiérrez.

Sumar 4 puntos en toda la justa —la más baja de los 18 equipos involucrados— y tocar fondo con la actuación más baja de una escuadra antillana en estos certámenes pudiera sacarnos de la próxima Liga, aunque habrá que esperar si finalmente se cumple el reglamento de que los dos últimos lugares del grupo B pasarían a integrar el próximo año el Grupo C y no pasar a un ronda de repechage como en un inicio se informó.

De cualquier manera, después de esta discreta faena habrá que seguir entrenando para el torneo NORCECA en el que se buscarán plazas para el campeonato mundial. Un pasador con más sentido de juego, y al más fogueo para atacadores centrales y opuestos se impone si queremos retornar a una elite mundial en la que sí aparecen muchos cubanos, pero jugando en ligas foráneas.

Algo sí está claro en las conclusiones de estos resultados. Sin las bajas de muchas figuras de primer nivel en los últimos meses y años, Cuba sería hoy una de las candidatas de fuerza no solo a pasar a las finales, sino a discutir el título de la Liga y en cualquier torneo internacional. ¿Podremos alguna vez reunir a esos voleibolistas que insertados en ligas foráneas (no desertores) han pedido competir por Cuba en eventos oficiales de la Federación Internacional de voleibol?

Por el momento, aplaudamos el retorno de la Liga Mundial al Coliseo de la Ciudad Deportiva, el esfuerzo de nuestros entrenadores por mantener los conceptos básicos de la escuela cubana de voleibol y el optimismo y futuro de los jóvenes jugadores, muchos de ellos con apenas 15 o 20 juegos internacionales. La Liga se nos fue entre las manos, pero ahora queda trabajar, actuar y ser dialécticos en un contexto deportivo en el que impera la comercialización y el dinero.