Juan García es dueño de un lenguaje

Juan García es dueño de un lenguaje
Fecha de publicación: 
17 Junio 2013
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Nunca ha dejado de ser “Juanito”, posiblemente esa sea su mayor virtud o su carta de triunfo: la autenticidad. Juan García es un artista de la plástica que nació y creció entre la magia del Valle de Yumurí, en medio de una familia pobre pero con luces, inventó juguetes, trabajó en el campo, hizo las mil y más travesuras con sus hermanas y, ni él mismo sabe exactamente cuándo ni cómo, se empezó a convertir en un artista:

“Desde pequeño descubrí una gran curiosidad por hacer cosas que para los demás allí a mi alrededor no era lo lógico, ni lo natural, ni lo común, o sea, que yo era una especie de fenómeno en ese entorno, pero me establecí un propósito y de alguna manera fui encontrando las vías y también el hecho de convencer a mis principales “patrocinadores”, que fueron mis padres y que siempre me apoyaron, y mi familia en general, y algunos que otros mecenas en el camino que me dieron recursos, noticias, información, me abrieron un poquito algunas pequeñas puertas y eso funcionó bien”.

El arte se le fue convirtiendo en una necesidad de poco a poco, durante un proceso que lo llevó hasta la decisión de dedicarle su vida y asumirlo incluso más que como un oficio: “Ya a los veinte y tanto fue que interioricé que eso era lo que yo quería hacer, decidí que yo tenía un lenguaje que le hablaba directamente a cierta sensibilidad de las personas que me rodean y no podía renunciar a esa posibilidad”.

Los estudios académicos los comenzó en la Escuela Elemental de Arte de Matanzas, de la cual recuerda con mucho cariño a profesores como Agustín Drake, quien lo motivó hacia la tridimensionalidad que definitivamente caracterizaría su obra: “Yo no me di cuenta, a mí me hicieron darme cuenta de que lo mío era la escultura, de que a mí me interesaba la escultura. Drake fue quien descubrió que yo era esencialmente escultor, yo le decía que no, que yo había ido a estudiar pintura, pero él me demostró que tenía la razón y hoy se lo agradezco…”

Graduado de la Escuela Nacional de Arte, llegó a Cienfuegos a pasar su servicio social y allí se aplatanó; en la Perla del Sur ha transcurrido la mayor parte de su vida y su obra, aunque tiene emplazadas piezas en diversos espacios en Matanzas, Villa Clara y Sancti Spíritus, así como 3 obras ambientales en Canadá.

Obra Prestigio y Futuro, ubicada en la entrada de la ciudad de Cienfuegos
Obra Prestigio y Futuro, ubicada en la entrada de la ciudad de Cienfuegos

El magisterio es otra de las pasiones que nunca abandona. “Pude haber sido maestro”, afirma, y lo ha sido de varias generaciones de creadores como profesor de Escultura y Cerámica de la Escuela Provincial de Arte de Cienfuegos y “además, he impartido cursos y conferencias en diferentes instituciones del propio Cienfuegos y de Villa Clara”, señala.

Obra Pensante, ubicada en la Universidad Pedagógica de Villa Clara
Obra Pensante, ubicada en la Universidad Pedagógica de Villa Clara

Ya como trabajador, se graduó del Instituto Superior de Arte, es un artista que no se conforma con lo que sabe, siempre busca aprender, es un hombre culto y afirma: “Cuando descubrí que se podía profundizar, que se podía ir más allá, que había estudios hechos, que había generaciones, milenios de culturas detrás del arte que estamos haciendo ahora, pues se me activó aún más la esponjita esa del deseo de saber que siempre he tenido y todavía me parece que me falta mucho, que tengo muchas lagunas, pero establecí el compromiso conmigo mismo de seguir siempre indagando”.

“Tuve la ventaja enorme de contar con los mejores profesores que ha tenido este país en este campo, gente que me ha sabido llegar y que me ha sabido enseñar, y que me ha dejado el camino abierto a que yo por mi cuenta pueda hacer mi trabajo, y eso me ha ayudado en dos sentidos, primero, perfeccionar la manera en que yo veo al mundo y cómo lo puedo transmitir, y segundo, tratar de inculcarle eso a los que han sido mis alumnos”.

Obra Musas en cascada, ubicada en la UNEAC de Cienfuegos
Obra Musas en cascada, ubicada en la UNEAC de Cienfuegos

Después de más de treinta años de vida artística, no renuncia “a sus ariques”, los manipula, dice, pero allí están como una firma de legitimidad en cada obra. Trabajo no falta, un pelotero espera por recursos para los toques finales en el estadio 5 de Septiembre y muchas otras ideas lo circundan y lo inspiran. La Bienal de la Montaña es uno de los proyectos de promoción cultural con los que comparte el tiempo de la creación:

“Soy de origen campesino y con mucho orgullo, entonces llegar a esas montañas, enamorar a esas personas, que se sientan cómodos con uno y que al tercer día, de lo poquito que tienen te ofrecen todo, lo comparten contigo todo, y ver las caras de los niños, lo que implica para ellos eso, lo que nunca han visto, lo que no pueden hacer si no es así, para mí es más importante eso que participar en la Bienal de La Habana; para mi ego personal, para mis deseos de hacer cosas, me motiva más.”

Obra El Cosechador, ubicada en la Casa del Ron y del Tabaco en Cayo Largo del Sur
Obra El Cosechador, ubicada en la Casa del Ron y del Tabaco en Cayo Largo del Sur

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